«The arts teacher» Taekook | ©

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Chapter XXIII | All done.

Tres días pasaron después de ese suceso, el cual el adorable novio del profesor de artes seguía sintiéndose muy culpable por ser el punto clave para la renuncia de su amado. Sí, él tenía conciencia que Taehyung lo ha llegado a amar de tal manera que hará todo lo que esté en sus manos para poder permanecer a su lado por más tiempo y si es posible por muchos años más. Por parte del mayor estaba orgulloso de no dejarse influenciar o intimidar por aquellas amenazas de ser despedido, no dejaría que interfirieran con ese amor tan grande, finalmente había encontrado al chico de su vida y nadie haría que se apartara de él.

Mientras tanto el director mantenía una segunda reunión con todo el personal de docentes de la universidad, todos ellos se mantenían en silencio a causa del alboroto que los estudiantes habían formado desde enterarse que su gran profesor Kim Taehyung había renunciado por culpa de ellos. El director suspiró frustrado, ellos no comprendían que debían acatar esa norma sino qué dirían los profesores vecinos de no saber remediar esta compleja situación.

—Señor, es mejor que le pida a Kim Taehyung que regrese —indicaba uno de los profesores a su costado— los alumnos están dispuestos a esperarlo y no aceptarán a nadie más —expresó preocupado al recordar todos aquellos comentarios que despojaron los labios de sus estudiantes.

Todos se miraban incrédulos de lo que estaba pasando, hasta que la señorita Hye, segunda secretaria del director hizo acto de presencia al lado del joven involucrado y alumno de esa institución tal como lo habían llamado hace algunos minutos.

—¿Me mandó hablar, señor director? —Jeon Jungkook se encontraba de pie frente a todos esos profesores temeroso de lo que le pudieran decir o ordenar hacer, sin su novio a su lado se sentía como un corderito rodeado de hambrientos lobos.

Este asintió —Kim Taehyung no ha aceptado ninguna de mis llamadas y es importante comunicarnos con él —explicó levantándose de su lugar— queremos que regrese, Jungkook. Es parte esencial del equipo académico —sinceró por segunda vez.

El menor pasó la mirada en cada uno de los profesores los cuales se miraban cansados con dicha situación y únicamente querían que ya fuera solucionada de una buena vez, no querían que los padres fueran involucrados en algo que pueden hacerlo ellos sin partes externas. —Él ya les dijo que ha renunciado, señor —mencionó dudoso de sus propias palabras.

Convencer al profesor de artes era bastante complicado más aún si no fue comprendido cuando debían y señalado por hacer algo malo cuando la realidad era totalmente lo contrario. Eran adultos y sabían lo que hacían, los profesores tras una larga charla lo comprendieron, sabían que hacían mal involucrarse en la vida privada de los jóvenes. Una cosa eran las clases, los cursos y las responsabilidades que pudieran tener dentro de la institución, todo estaría bien si no son involucrados de maneras indebidas dentro de ella o sobre todo no descubiertos ¿No?

—Por favor pídele que venga para hablar y llegar a un acuerdo —el menor asintió para terminar la conversación y salir del lugar cuanto antes. Se sentía presionado con todas esas personas mirándole seriamente a la espera de que él tuviera la respuesta que buscaban.

Al llegar al departamento se encontró con su novio acomodando unas cuantas cosas en los nuevos estantes que había adquirido, estaba totalmente decidido de sacar sus artes a relucir y que sean vistas por miles de personas como debería de ser. Al verle sonrió dulcemente —¿Qué tal te fue? ¿No te molestan? —se acercó a depositarle un beso en su mejilla.

Este negó con rapidez —Para nada, ningún mal comentario, al contrario —ambos rieron porque sabían a lo que se referían.

Desde que los estudiantes se enteraron de la renuncia del profesor y el motivo de esta, su enojo no cayó en el menor como él lo podría imaginar, sino que fue directo a sus demás profesores por no ser comprensivos del amor que se tenían. Porque sí, ellos lo habían notado antes que la pareja de enamorados, se miraban diferente, sus toques sutiles eran perceptibles a ojos de personas observadoras que se emocionaban por estar presentes en un nuevo romance.