⬷ Chapter XI ⤐

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Chapter XI | Yes, you have me crazy.

Kim Taehyung jamás se había preocupado por estar nervioso al ver a una persona, siempre tan preparado para hacerlo que ahora se pregunta por qué pasa eso únicamente con su querido Jungkook. Él ha demostrado ser un chico totalmente diferente a los demás, no se deja de nadie y mucho menos permite que le hagan algo a los que lo rodean. Además, él ha demostrado que todo lo que se dice no es verdad y son las personas sin vida propia las que van por ahí expandiendo chismes que nada que ver con la realidad.

El joven miraba detenidamente al techo una y otra vez tratando de alejar esos pensamientos sobre su alumno de su mente, ella jugaba con la debilidad del profesor y cuando menos se lo esperaba ya se encontraba pensándolo una vez más.

Su cara, su linda sonrisa y ese gran cuerpo que se cargaba eran sus motivos de desvelo. Aunque no quisiera su subconsciente le llevaba recuerdos, imágenes o hasta situaciones imaginarias inocentes y pervertidas, pero en cada una de ellas no dejaba de ser Jungkook el protagonista. Él comenzaba a tener un amor-odio a su imaginación.

Eran tantas las ganas que le tenía al menor que comenzaba a temerle, difícilmente dejaba de pensarlo de esa manera, tan privada y provocativa.

A la mañana siguiente Kim Taehyung se despertó como era costumbre, claro después de posponer un par de veces la alarma, pero, aunque sea sábado, le gusta aprovechar la mañana dentro de su salón de arte. Dentro llega a encerrarse cada sábado sin falta para poder pintar lo primero que se le venga a la mente y desafortunadamente desde hace unas semanas lo único que se encuentra ahí es Jeon Jungkook.

Por conciencia propia y respeto no llega a crear una pintura exacta con el cuerpo ajeno ni mucho menos con su bello rostro, no quiere que por un descuido alguien lo llegue a descubrir, en cambio, sutilmente pone referencias de algunos simples rasgos de él escondiéndole entre los numerosos trazos de más ideas espontáneas del momento. El arte para el profesor florecía como si nada, trazo tras trazo lograba inigualables pinturas y retratos que si él quisiera podría vender por millones de wons, algo que hasta ese día no ha llegado a considerar. Gracias a sus dotes de pintor lograba esconder a la perfección a su atractivo chico sexy que sutilmente quedaba plasmado ahí.

El día se fue más rápido de lo que pensaba, el cuadro había quedado interesante y creativo a parecer propio, tenía la esperanza de poder mostrarlo algún día al público o simplemente al causante de ese escenario. Tomó la pintura entre sus manos para colocarlo cerca de la ventana así el poco de viento que entraba por ella lograra secarlo a la perfección y dar un acabado mejor.

Finalmente depositó cada una de sus cosas en el lugar que les correspondía para así ya quitar la bata que le protege de las gotas de pintura. Se dirigió al baño a darse una ducha rápida para salir a preparar algo para comer antes de que su estudiante llegara para su clase particular y no quería que le encontrara con hambre porque después la comida sería él.

Un par de horas más tarde el profesor se encontraba sentado en el sofá mirando una de sus series favoritas por la televisión manteniendo lo restante de la bebida entre su mano y en la otra el control remoto. Volteó a ver el reloj de pared indicando que faltaban tan solo veinte minutos para que la persona que estaba esperando llegara a casa.

—No sé por qué me pongo nervioso, aun es solo mi estudiante —suspiró tratando de convencerse a mí mismo de oprimir todas aquellas emociones por saber que no tardaba de llegar el chico por el que se le va el sueño recurrentemente y no de manera dulce.

Se levantó recogiendo el tiradero que tenía después de haber comido y aproximándose a dejar el plato sucio sobre el fregadero, ya habría oportunidad después de darle una lavadita. Kim se miró por unos segundos en el gran espejo que tenía en un costado de la repisa percibiendo que no estaba apto para recibir a un estudiante, era su casa, sí, pero no podía dar clases en ese estado. Llevaba consigo un short que le llegaba más arriba de las rodillas quedando flojo por todos lados, una playera blanca junto una camisa combinando con dicho short. Suspiró por tener que dejar la comodidad de las fachas y tener que ponerse algo más decente.

«The arts teacher» Taekook | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora