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Mientras caminaba por los pasillos de ese centro comercial se iba maldiciendo mentalmente, no sabía si lo que estaba haciendo era lo correcto o si solamente quería salir de dudas, suspirando para tratar de liberar un poco su tensión entro a una tienda con enormes peluches de felpa, quería obsequiarle algo bonito a Jimin para que siempre lo tuviera presente si llegaba a irse dejándole el corazón hecho trisas.
Cuando había hablado con su hijo respecto a su plan este no había estado para nada de acuerdo, pero termino dándole la razón una vez le explico los motivos por el cual hacia esa cosa, ahora dudaba seriamente de que haya sido buena idea.
Con un poco más de fuerza que la necesaria se coloco la gorra una vez vio a una empleada acercársele, esta era rubia con un cuerpo que provocaría a cualquier hombre, pero no a él, él tenía un castañito mucho mejor que ella y con un cuerpo que lo ponía a mil.
--¿Puedo ayudarle en algo señor? –Pregunto de manera profesional y hubiera quedado excelente si no estuviera recorriéndole el cuerpo con la mirada-
--Me gustaría este y este otro peluche –dijo señalando un hermoso perrito amarillo con su lengüita de fuera y una galleta de color marón, le habían parecido tiernos como su Minie-
--Un excelente regalo para su hermana señor –añadió queriendo confirmar que así fuese-
--Es para mí prometido –la satisfacción que recorrió su cuerpo al ver la expresión decepcionada de la chica lo hizo sentirse jodidamente bien-
--¿Algo más señor? –Pregunto retomando su papel de profesional-
--Nada más.
Siguiendo a la chica hasta la caja pago ambos peluches donde le colocaron un lazo a cada uno ya que eran demasiado grandes para meterlos en una bolsa, una vez con ambos muñecos en sus brazos se dirigió a la cafetería que estaba solo a dos tiendas de esa para tomarse un café dejándole tiempo a Jimin para que hablara con esa persona.
Estaba desesperado por saber que estaba pasando con su castaño pero tenía que soportarlo, Jimin no podía empezar una nueva etapa en su vida cuando nisiquiera había cerrado la anterior, podía ser que el chico no estuviera en su vida pero él solamente quería confirmarlo para poder seguir con sus planes de matrimonio sin fantasmas que vivieran constantemente presentes en su futuro.
No negaría que le había sido algo complicado encontrarlo y planear todo sin que ninguno se enterara, pero tenían que definir su relación o al menos lo sucedido en ella, también hubiera podido matarlo y desaparecerlo del planeta pero ¿eso cambiaria lo que sentía Jimin? Obviamente no.
--Siéntate conmigo Kang –dijo Yoongi algo agitado-
--Si señor –Kang se sentó enfrente de él y se quedo en silencio hasta que se volvió incomodo- ¿cree que fue lo correcto lo que hizo?
--No lo sé, pero espero no arrepentirme después.
--Iré por su café –dijo el pelinegro colocándose de pie y dirigiéndose al mostrador-
