𖥸10࿐

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Estuvo toda la noche vagando por el bosque de árbol en árbol, entrenando su resistencia, hasta que encontró a Rai y se durmió en su lomo, debía estar descansado para esa noche.

En la mañana esperó a que fuera entrado el día para volver a su casa.

Se tapó la nariz ante el fuerte olor de las feromonas de Ace y Sabo.

Tocó la puerta con fuerza, no queriendo tumbarla, pero sí lo suficientemente fuerte para despertarlos en caso de que siguieran durmiendo.

La puerta fue abierta por un radiante Ace completamente limpio.

--¿Está limpio? --fue directo.

--Sí, lo está --cedió el paso.

Luffy entró y vio a Sabo con la cabeza enterrada en el colchón, el pecho al aire.

--Sabo --llamó.

--Luffy... No puedo ir de misión... Estoy malo... --se quejó.

--No estás malo, solo dejastes de ser virgen --se acuclilló con los pies juntos a su lado, viendo el rojo apoderarse de las orejas del Jefe de Estado.

--Luffy, no digas eso --sonó ahogadamente.

--¿Por qué? Es lo que pasó. Arriba, ya que estás aquí vamos a entrenar juntos --le dio dos palmadas en la espalda, apurándolo.

--¿Ahora a entrenar? --giró la cabeza y lo vio cansado.

Luffy se puso en pie y cruzó los brazos.

--An-dan-do ya --pateó el colchón. --O te levantas o te tiro del colchón, elige.

--Aaaaace --llamó.

--Sabo, tienes que cumplir con tu misión, ¿recuerdas? --se burló su pareja.

El rubio lo vio con ojos asesinos.

--Por cierto, Ace, usaste anticonceptivo, ¿verdad? --miró al otro pelinegro, el cual se puso blanco.

Miró a Sabo y vio que estaba más blanco de lo que ya era.

--Seréis... --se frotó la sien con dos dedos, intentando calmarse.

Caminó hasta el baño, entrando, luego saliendo y dándole una pastilla a Sabo.

--Traga --ordenó.

Con miedo tomó la pastilla y la tragó sin necesidad de agua, enseñándole a Luffy debajo de la lengua.

--¿De qué tienes anticonceptivos? --cuestionó el otro omega.

--Iva-chan me los mandó por si ocurría algún accidente --volvió a patear el colchón. --Arriba, ahora estoy enfadado, Ace, te unes al entrenamiento.

Este tragó en seco.

Con esfuerzo Sabo se puso en pie, Luffy notando que sus curvas habían terminado de formarse.

Suspiró y se apoyó en la pared para dejarlo vestirse.

--La parte de arriba no hace falta --vio sus intenciones.

--¿Vamos a...? --volvió a ponerse líbido.

--Sí, vamos, Ace, conmigo --indicó que ambos lo siguieran fuera de la casa.

--¿Debo tener miedo? --el alfa le susurró a su pareja.

--Mucho --solo dijo.

Salieron y vieron a Luffy esperándolos.

--Sabo, tú y yo entrenamos juntos, pero Ace no puede hacer lo mismo que nosotros, así que hará otra cosa --miró al pecoso, quien tragó.

--¿Qué haré? --se arrepintió de preguntar al ver los colmillos del omega pelinegro aparecer en una sonrisa tenebrosa.

Gato de OroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora