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Refugió al animal entre sus brazos, esperando el golpe.

Cuando este llegó esperó algunos segundos antes de descubrir a su amigo peludo.

--¿Estás bien, Ryōta? --preguntó preocupado.

--Sí, tranquilo, mejor apurémonos, fueron tres días de viaje, la ejecución de Ace es en pocos días --apuró.

--Vamos --mostró sus alas, que se abrieron paso por el abrigo sin llegar a romperlo realmente.

Se puso en posición y alzó vuelo con Ryōta en brazos, el cual tan pronto estuvieron en el aire le pidió a Luffy que lo dejara caer.

Sin negarse lo soltó, viéndolo convertirse en perro y comenzar a volar con sus propias alas a la par del omega.

(...)

Llegaron cuando los barcos de Shirohige estaban emergiendo.

--Ryōta, espera aquí --pidió y se adelantó, acelerando su vuelo todo lo que pudo.

Vio como el capitán de la vieja era estaba a punto de usar su habilidad.

--¡Shirohige! --llamó desde las alturas.

El capitán detuvo lo que hacía y miró en la dirección del llamado, al igual que su tripulación, aliados y los marines.

--¡No te esfuerces con estos tipos, déjanos a la nueva era hacernos cargo! --voló hasta colocarse delante de todo Marineford.

--Así que sí vino, ¿eh? --habló Sengoku.

--Ay, no --Ace supo que le caería una reprimenda.

--¡Marines de todos los rangos salvo Garp! --gritó con fuerza, todos en el campo de batalla habiendo llegado a escucharlo.

Sengoku se preparó para lo que venía.

--¡Cuando nazco voy a cuatro patas, cuando crezco a dos y cuando envejezco a tres, ¿qué soy?! --un sin fin de runas se formaron, conectando las vidas de todos los marines a la mano del pirata.

--¡Esa no era la adivinanza que nos dijo! --se alarmó el Almirante de Flota.

El silencio era mortal, el miedo palpable en el aire de todos los marines de bajo rango que ahora estaban atados y con la vida en juego por una guerra que no les incumbía.

--¡Responded! --ordenó, tensando las runas, acelerando el corazón de la mayoría por el miedo.

--¡Los monos! --gritó Sengoku.

La sonrisa de Luffy fue tétrica, pero nadie alcanzó a verla.

--¡Incorrecto! --las runas comenzaron a tintarse de un rojo sangre que a nadie le gustó.

Marineford se convirtió en un mar de gritos de agonía por parte de todos y cada uno de los marines, ni los almirantes se salvaron, agonizando en dolor.

Ace se alejó como pudo del marine agonizante a su lado, sonriendo divertido de ver a Sengoku en ese estado.

Una a una las runas que hacían de cuerdas comenzaron a desaparecer cuando el castigo fue cumplido, de manera muy lenta y casi tortuosa, los gritos disminuyendo hasta que solo quedó un mortal silencio.

Hasta que la risa de Luffy estalló.

--¡Sengoku, solo sobrevivisteis tú, los almirantes y algunos pocos más, no llegan ni a los cinco! --esta declaración shockeó a los piratas de Shirohige. --¡Dime, ¿dónde está vuestra mierda de justicia ahora?! ¿¡Eh!? --volvió a reír con fuerza.

Se acercó a la plataforma de ejecución y aterrizó, plegando las alas y comenzando a registrar al Almirante de Flota hasta que encontró una llave.

Caminó y se agachó, abriendo las esposas de Ace.

Gato de OroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora