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Una vez en Water 7, mientras se recuperaban, Luffy estaba con el cofre a las afueras de la habitación que les habían cedido de Galley-la en todo momento.

Fue al tercer día cuando un cuervo se posó en su hombro.

--¿Qué tengo que hacer? --siguió mirando al frente.

--Tendrás que llamar la atención de los Tenryūbitos en Sabaody --fue directo.

--Mm... Ya veo. ¿Y mi entrenamiento?

--Ivankov te hablará de eso cuando vayas --otro cuervo se posó en su hombro contrario. --Me llevaré la fruta.

--Dile a Sabo que quiero volar a su lado alguna vez --sonrió divertido antes de alzar el cofre.

Ambos cuervos lo tomaron por el asa y se elevaron en el cielo, marchándose con rapidez.

Luffy se puso en pie y entró a la habitación, escuchando los sollozos que venían de dentro sin la necesidad de entrar.

--Sanji-kun... --fue la voz de la omega saliendo de la habitación.

--¡Ni se te ocurra decir nada! --rugió con ira.

Luffy entró en silencio a la habitación, encontrando al alfa rubio hecho un ovillo en una esquina de la habitación mientras las lágrimas empañaban su visión.

--Usopp volverá... Sé que volverá --enterró el rostro entre sus rodillas, jugando con el anillo en su anular en una promesa muda.

--Claro que volverá --la voz de Luffy llamó la atención de todos. --Solo necesita tiempo para reflexionar.

Sanji asintió antes de volver a enterrar la cabeza entre sus piernas, soltando pequeños sollozos y reclamos.

(...)

En el quinto día el humor de la tripulación no era el mejor, pero igualmente hacían un esfuerzo.

Fue cuando la pared fue derrumbada de golpe.

Antes de poder darse cuenta su capitán ya había saltado contra el potencial enemigo y lo había tacleado en el suelo, manteniéndolo inmovilizado con una pierna en su garganta y otra en su nuca, los brazos agarrando los contrarios por sobre su cabeza.

--Estos movimientos no son míos --pronunció con cierto desagrado el enemigo.

--Claro que no, tu manera de luchar es la de una bestia alfa sin control, yo soy un delicado omega con cerebro --se burló divertido.

--¿Tú? ¿Delicado? Cuéntame otro chiste --rodó los ojos. --Desapareciste, maldito crío.

--Tú eres el idiota que quería dejar a un omega al cuidado de bandidos -- siguió con tono burlón. --Hice lo más coherente, huí y me crié solo.

El alfa bajo él gruñó.

--Suéltame, sabes que no soy una amenaza --exigió.

--¿En serio, ji-chan? ¿Te recuerdo quién fue el que venció a toda la tripulación Rocks con ayuda de un solo hombre? --inclinó la espalda y acercó la cabeza al rostro del mayor divertido.

--Esos eran otros tiempos --ignoró lo dicho, recibiendo la risa de su nieto en respuesta junto a la liberación de sus brazos, pudiendo quitar la máscara de perro de su cabeza, dejando ver su rostro. --Ese maldito hijo mío te crió muy mal --escupió con asco.

--Gracias a su educación he evitado muchas cosas, ji-chan --liberó del todo a su abuelo, poniéndose en pie y alejándose hacia donde estaban sus nakamas mirando todo, moviendo su cadera de lado a lado. --Por ejemplo que los marines se salieran con las suyas en muchas ocasiones haciendo cosas ilegales que vosotros mismos estábais permitiendo --dio media vuelta y sonrió ante los ojos de los soldados clavados en su zona trasera. --Ji-chan, no los estás educando bien --caminó como bien sabía hacia los soldados, acariciando debajo de sus barbillas y riendo divertido cuando más de la mitad tuvo un derrame nasal. --Se desploman por ver a un omega menear la cadera, incluso sin ver su rostro o si es pirata. Que vergüenza de marines --rio con descaro.

Gato de OroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora