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Sanji estaba sentado con Usopp entre sus piernas, el rostro en su cuello, frotando la nariz con insistencia en ese lugar, mordiéndolo un poco de vez en vez, causándole escalofríos al omega.

--Sanji... ¿Cuánto falta para tu celo? --suspiró, el olor del alfa era hipnotizante y su omega ronroneaba estando entre sus brazos con los besos a su cuello.

--Mañana --se entendió a través de sus dientes mordiendo la suave piel. --Por cierto, ¿por que te sientas así? Lo haces mucho últimamente --vio las piernas del menor en posición de rana.

--Ya lo sabrás --ofreció su cuello para que siguiera mordisqueándolo, consiguiendo distraerlo.

Con lentitud fue echando la espalda hacia atrás hasta apoyarla en el pecho del rubio, ronroneando sin miedo a ser escuchado, recibiendo en respuesta el ronroneo del alfa, haciendo a su omega feliz al sentir que podía complacer a su alfa.

Su cuello ardía por las continuas mordidas a esa zona, pero sabía que no era nada comparado a cuando Sanji formara la marca oficial de enlace.

Cerró los ojos y disfrutó del olor del rubio.

(...)

En la mañana todo era tranquilo, salvo que Luffy dio la orden de despejar el camarote común y dejar a Sanji solo para que pasara su celo en paz.

Usopp se quedó con él en el camarote con únicamente una camiseta tapándolo junto a su ropa interior, su collar y demás habiendo sido resguardados.

Sanji estaba respirando hondo hasta que comenzó a gruñir y su olor se intensificó, haciendo jadear al omega por su olor tan cercano.

El rubio se puso en pie y se acercó al tirador en la cama, quien bajó la mirada y ofreció su cuello en sumisión.

--Lindo, lindo omega --gruñó y lamió la zona de marca de manera pausada, pulsando la yugular con su lengua, sintiendo el pulso de Usopp ir en aumento así como su olor y temperatura.

--Alfa... --lloriqueó necesitado.

--Mi pequeño omega --lo tumbó en la cama boca arriba, notando la ropa interior del menor humedecerse. --¿Tu celo se adelantó para complacerme? --mostró los colmillos en una sonrisa socarrona.

Sin decir nada Usopp abrió las piernas a todo lo que su nueva flexibilidad le dejaban, maravillando al alfa.

--Eso estabas entrenando con Luffy --habló contra los labios del omega, quien gimió y asintió. --Flexible y elástico, solo para mí --mordió la oreja del pelinegro, sacándole un gemido en respuesta.

--Sanji... --acarició el pecho cubierto del alfa.

Este quitó la camiseta que cubría las maravillosas curvas de su omega y comenzó a lamer cada centímetro de piel, regocijándose ante los gemidos y jadeos que Usopp soltaba.

Se irguió entre las piernas del omega y quitó las prendas que cubrían su pecho, abriendo su bragueta y masajeando los muslos del menor, quien tembló al sentir las hábiles manos tocando su sensible piel.

La ropa interior fue retirada del cuerpo del pelinegro y sus piernas colocadas en los hombros de Sanji, quien colocó su rostro a la altura de su entrada, relamiéndose al ver el lubricante natural resbalar de la entrada del omega.

Acercó su rostro y lo lamió con gula, succionando hasta la última gota de aquel empalagoso líquido mientras introducía su lengua en el tierno agujero, deleitándose con los gritos de placer del omega.

A su lengua la acompañó un dedo, abriendo la entrada de Usopp, la cual no opuso resistencia, pudiendo introducir el segundo sin problema sin necesidad de sacar su lengua y dejar de saborear el lubricante natural de su acompañante.

Gato de OroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora