Derek sin dudas daba los mejores abrazos del mundo. Sus brazos eran grandes, duros y fuertes, era como un refugio estar escondido en su pecho, lo hacía sentir tan pequeño a su lado, y estaba bien con ello.
Cuando se separaron con lentitud, Stiles miró automáticamente los labios de Derek y Derek los suyos. Extrañaba tanto besarlo y no entendía por qué no se atrevía a inclinarse apenas quince centímetros y hacerlo, sabiendo que con gusto le correspondería.
Y no era la mejor idea pensar en eso mientras una estúpida y barata toalla de hotel era lo único que lo cubría.
—¡Cierto! —exclamó sorpresivo el moreno, con expresión de que había recordado algo muy importante— Mira esto —se agachó hacia la parte trasera del mueble donde estaba el espejo y sacó una botella de vino—. Lo robé del lobby mientras hablabas con el recepcionista.
—¡Derek! —repuso el humano con una amplia y asombrada sonrisa, tomando la botella para observarla. Era un vino tinto de veintiún años de añejamiento, hecho en California— ¡Por Dios! ¡Eres policía!
—Tenían otras cinco —se defendió Derek—, no creo que echen mucho de menos a una botellita de vino. Además ni siquiera nos ofrecen alcohol. ¿Estás enojado conmigo?
—¡Oh, por Dios! Subí al puesto número uno en tu top cinco de las personas que están más orgullosas de ti, Derek. Es más; ahora te respeto.
—Gracias —musitó Derek, batallando entre interrogativo y sorprendido—. Por favor, vístete. Buscaré si tenemos dónde servir.
Stiles se fue a su cama y procedió a ponerse la ropa interior debajo de la toalla mientras Derek buscaba si habían vasos.
—¿Cómo podrás disfrutarlo si ni siquiera hace efecto en ti? —inquirió entretanto se vestía.
—Me gusta el sabor —Derek se alzó de hombros y luego gruñó—. No tenemos donde servirnos.
—Bebamos de la botella —sugirió y agarró el abridor que estaba dentro del limpio cenicero en la mesa de luz, lanzándole por el aire antes de terminar de colocarse el pantalón de chándal gris que trajo de pijama. Decidió quedarse sin camisa.
El hombre lobo descorchó la botella y olfateó lo más humano que pudo, luego lo llevó a su boca y le dio un pequeño trago. Sus ojos brillaron sobrenaturales porque era más de lo que se esperaba.
—Está muy bueno —dijo y volvió a tomar, dándole varios pequeños tragos para pasarle después a Stiles.
Dudativo de que estuviera tan rico como decía el moreno, Stiles bebió un poco, probando con atención. Sus ojos no brillaron como los de Derek, pero se abrieron grandes y sus dientes eran hermosos con la sonrisa que esbozó.
Derek le quitó la botella después de darle tres sorbos más y se sentó con él en su cama, subiendo una pierna en el colchón para poder estar frente a frente. Bebió un poco y se lo entregó nuevamente.
—Oye, bebe lento —reprendió al muchacho cuando escuchó que los tragos resonaban al pasar por su garganta—. Te pondrás ebrio muy rápido.
—¿Sí? —Stiles elevó una ceja con picardía— ¿Y Derek Hale quiere que pase tiempo consiente con él? Aunque, pensándolo bien, creo que tú deberías estar menos consciente que yo si me pongo borracho. Porque dicen que soy insoportable cuando me embriago.
—¿Solamente cuando te embriagas?
—¡Hey! —Stiles le golpeó el brazo con suavidad con la botella— A ver, abre la boca —le pidió alzando el vino para poder darle y Derek obedeció. Vertió un poco dentro y el lobo se lo bebió sin problema y sin desperdiciar ni una sola gota—. Cool.
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Error 16 | Sterek |
FanficLos trillizos Eli, Jon y Jordan vienen dieciséis años del futuro, justo en el punto donde sus padres Stiles y Derek ni siquiera muestran indicios de una posible relación. Un error en esa linea de tiempo podría provocar la peor de las catástrofes. ¿...