Capítulo 19

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Jonathan salió de su clase de música dando trompicones entre el tumulto de alumnos que iban saliendo de diversos cursos. Algunos eran muy altos y otros muy bajos, pero definitivamente eran tan niños como él. Una vez que logró salir, estiró su cuello y se puso de puntitas para poder encontrar a Kev, a quien no tardó en reconocer sus cabellos parados y peinados con gel. Sus grandes ojos azules parecían brillar de emoción al verlo.

Se veía más pequeño de lo que estaba acostumbrado, porque, aunque se lleven solo dos años, era como cinco centímetros más bajo, su castaño cabello era mucho más claro y más corto.

—¿Vamos? —le preguntó felizmente el pequeño Jon, sujetando su mochila por un hombro. Su cabello estaba un poco corto y peinado al costado.

Kevin asintió con entusiasmo y salieron corriendo de la escuela al ver que el gentío de otras aulas volvía a provocar otra avalancha. Terminó de cruzar la calle y tropezó, cayendo de bruces sobre el pasto.

Jon no pudo evitarlo y estalló en carcajadas, entretanto se dignaba a ayudarlo a levantarse cuidadosamente.

Átate los cordones, tonto —le dijo mientras le quitaba un poco de tierra y pasto de la cara.

¡Ya los até dos veces hoy! —se quejó lastimero el castaño, inclinándose a hacerlo.

Mediante esperaba, Jon notó que Kev hizo una pausa en su labor para mirar hacia un lado, hizo lo mismo y vio a Jordan en la escuela. Él también se veía más pequeño, con sus oscuros, cortos y perfectos bucles en la cabeza.

Tenía las manos dentro de su abrigo gris y se veía muy enojado. Parecía ofendido. Solo se quedaba allí, sin hacer ningún gesto, simplemente con la mirada clavada en Kevin.

En cuanto terminó de ponerse correctamente las agujetas, Kev levantó la vista hacia Jon y éste le sonrió levemente, moviendo la cabeza para que continuara caminando con él. Pues lo siguió sin problemas.

¿No vamos a esperar a Jor? —inquirió Kev, caminando al lado del rubio.

Aún le quedan dos horas como a Eli —respondió él, dándose cuenta de que su amigo giró la cabeza un par de veces y parecía perturbado, o débilmente avergonzado.

Ya cuando estaban cerca de su casa, Jonathan supo que debían separarse porque Kev vivía a tres calles de la suya, entonces no se lo pensó y tomó su mano.

No puedo ir a tu casa, Jonathan —se aventuró Kevin, sintiendo que la mano de Jon estaba muy calentita—. Mis papás quieren llevarme a visitar a mis abuelos.

De acuerdo —aceptó Jon pero no lo soltó, mas sin embargo miró a un lado y luego al otro antes de plantarle un rápido y dulce beso en sus labios—. Te veré mañana, pero no...

No le diré a nadie —completó el lobo-coyote, haciendo un gesto de hastío pero que Jon lo podía interpretar como broma.

Eres el mejor —sonrió ampliamente, terminando por dejarle otro beso en la mejilla y salir corriendo hacia su casa.

—¡Jon! —la voz de Kev se oyó ahora mucho más clara y más madura.

Despertó un poco asustado y miró confuso a Kev, que esta vez se veía más mayor y más maduro. Se veía tan diferente al chico del sueño.

Jon estaba en el lado de la ventana detrás del asiento de Derek, quien iba conduciendo. Su acompañante era Stiles y detrás de él iba Jordan, dejando a Kev a su lado, justo en medio. Su hermanito menor, Eli, había decidido hacer el viaje al refugio en el mismo auto de su pequeño primo Rodrigo. Con Malia y Scott.

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