HAUNTED TOWN #1

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                                                               LA LLEGADA
            Escapar del mundo. Esconderme de la falsedad de los humanos. Del engaño y la mentira. Huir del falso amor, de la hipocresía y la envidia. Cobijarme en un rinconcito del mundo donde reinase la tranquilidad y donde fuese una total desconocida para todos y todos para mí.

Elegí la península de Cilan porque vi una oferta en un escaparate de una inmobiliaria, informando de casas a muy buen precio. Y, vaya si era barata. Me sorprendí cuando me pidieron por la casita, menos de la mitad de lo que yo destiné para ella. Además, porque tenía el aliciente de ser un pueblo muy lejano y solitario. Un pueblo de pescadores.

            Tras varias horas de vuelo, más aún de autobús y, por último, veinte minutos en el único taxi del pueblo, me hallaba frente a mi nuevo hogar.

            Quedé maravillada  al contemplar tan bello paisaje. Las verdes colinas, el cielo limpio, los remansos de aromáticas flores. Inspiré el aire saludable, llenando hasta el último recoveco de mis pulmones.  Totalmente convencida que había tomado la mejor decisión de mi vida.

No había vecinos cercanos, la carretera principal quedaba a ocho o diez minutos andando, por lo que la calma y el silencio reinaban en derredor. Cerré los ojos, tan solo los sonidos típicos de la naturaleza llegaron a mis oídos. El suave vientecillo jugueteando con los árboles, el festival de canto de los pajarillos. Una leve sonrisa inundó mis labios.

Tras pagar al taxista, permanecí varios minutos parada frente a la cabaña de madera. Una mochila negra de piel, colgando de mi hombro derecho y una simple maleta, eran todas mis pertenencias. Mi vida entera. Giré sobre mis pies para impregnarme de todo cuanto me rodeaba, maravillada por la excelente elección que había hecho. Por primera vez, en muchos meses, me sentía realmente sosegada, tranquila, feliz.

               Metí la mano en el bolsillo de mi pantalón y extraje la llave que me dio el joven de la inmobiliaria, una vez firmada la escritura de la casa. Una cabaña de madera cercada de verdes prados  a escasos kilómetros del mar.  Realmente idílico en la foto y ahora,  ante mis ojos, sencillamente perfecto.

              Introduje la llave en la cerradura y la giré, tragué saliva antes de empujar la hoja de madera. Chirriaba. La estancia estaba en penumbra, se filtraban los rayos de sol por las rendijas de la ventana. Hasta ella me dirigí y la abrí. Era el salón, pequeño y muy acogedor. Dos puertas  a la derecha, una que daba al único dormitorio y otra contigua a esta,  era el baño. La cocina se veía al fondo separada del salón solo por un poyo de piedra que servía como mesa.

             Deposité la maleta y la mochila sobre la cama. No coloqué nada en los armarios y cajones, de la escasa ropa que traía,  porque deseaba limpiarlos antes de distribuir mis pertenencias. Pero todo eso lo haría más tarde o en los próximos días, tenía todo el tiempo para mí. Y  en este momento solo me apetecía ir al exterior y disfrutar del increíble espectáculo de los prados.

              Salí de nuevo, cerré la puerta, guardé la llave en mi  pantalón marrón y me deleité con todo cuanto mis ojos abarcaban. Los árboles y arbustos diseminados por la inmensa meseta, el agua de los lagos. Encaminé mis pasos por el lateral de la cabaña. Seguí una vereda entre flores blancas y amarillas que destacaban entre la hierba verde, brillante. Dejé caer los brazos con las palmas de mis manos abiertas hacia abajo y sonreí ante las cosquillas que me provocaban  las puntas del sembrado.

            El sosiego que invadió mi alma era total. Mi pecho, plenamente relajado, disfrutaba del aire puro. La ligera brisa alejaba mis rubios cabellos del rostro.  Me detuve unos instantes y  abrí los brazos,  permitiendo que el viento recorriera mi cuerpo libremente. Se respiraba paz.

HAUNTED TOWN.  #PV2024        #PGP2024.  #sdo24Donde viven las historias. Descúbrelo ahora