NOVELA GANADORA DEL PRIMER PREMIO 🥇 🥇🥇🥇EN EL CONCURSO DE FANTASÍA EDITORIAL 🦋🦋🦋.
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HAUNTED TOWN ha obtenido el primer premio en el concurso "ecos literarios" premios 2023 de @DdianaH.
LA MALDICIÓN
El sudor empapaba cada palmo de mi cuerpo. El calor aturdía mis sentidos. Aún así, los gritos de mi madre zumbaban en mis oídos. El pánico que transmitían sus alaridos me rasgaba el corazón.
Cerré los ojos y concentré todas mis fuerzas en mi piel. La invité a expulsar el sudor y apagar el fuego.
Deslízate por mis poros, roció de la madrugada, cuál cristalinos chorros, la llama quede apagada.
El agua brotó de mi cuerpo y se vertió sobre las llamas. El fuego se extinguió dando paso a una gran humareda.
Pude escuchar las expresiones de incredulidad e incertidumbre que se sucedían y repetían entre los espectadores. Sentía el temblor de sus cuerpos, el castañeteo de sus dentaduras. Era capaz de oler el miedo que se apoderó de la gran mayoría.
A través del humo ennegrecido observé los rostros atemorizados, boquiabiertos. A la misma vez, en sus ojos percibí su desaprobación.
Algunos murmullos sonaron. Suspiros, llantos y quejidos se unieron. De pronto una voz estridente y monótona se alzó y gritó. Otras más hicieron los coros y la canción se escuchó ofensiva y rabiosa.
Asesina, persona desnaturalizada, malvada, a falta de moralidad, dañina, con escasez de juicio, cruel, diabólica, eran de las cosas más suaves que el viudo y otras voces, pronunciaron refiriéndose a mi persona.
Lo peor no fue eso, sino que la inmensa mayoría del populacho, consiguieron ahuyentar el pánico y no solo se unieron a sus insultos, además se adelantaron cerrando el círculo en torno a mí.
Todas las voces coincidían en que merecía la hoguera. Una bruja malvada como había demostrado que era, no podía seguir con vida. Era un verdadero peligro para el pueblo. Desaté mis manos, que tenía atadas a la espalda y, antes de hacer lo mismo con los pies estiré mis brazos hacia ellos. Las palmas abiertas mirando al cielo. Abrí los ojos como una posesa y, esta vez fui yo quien les gritó. Giraba la cabeza en todas direcciones para no excluir a nadie.
Mis palabras salieron de la boca con lentitud. Articuladas y claras para ser comprendidas por todo el mundo.
Les recordé que yo tan solo llevaba a cabo lo que ellos me pedían. Que eran sus miserias y sus mezquindades las que necesitaban ocultar al pueblo para evitar escándalos y habladurías. Que era por sus pecados y errores por los que me pagaban para que los ocultara o resolviera. Que NO ERA CULPA MÍA, vociferé.
