HAUNTED TOWN #18

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                                                              LLAMARADA
               Durante los tres años que vivimos con esa familia, no fui feliz.
               No era necesario preocuparse por la comida. Había suficiente para todos nosotros y todos los días.

             Aunque pequeño y oscuro, tenía un dormitorio para mí sola. Poseía varios vestidos. También calzado. Hasta el punto de poder usar uno diferente, cada medio año.

              Tan solo ayudaba a mamá a cuidar del pequeño o con alguna tarea de casa. Pasábamos más tiempo juntas. Sentadas al sol del atardecer sobre la hierba del jardín, jugando con el bebé. Visitaba a mi abuela cada vez que me apetecía sin reprimenda alguna.

               Y  sin embargo, a pesar de todo ello, no fui feliz.

              Por otro lado estaba el bebé. Mamá  decía que le recordaba a mí, cuando tenía esa misma edad. Era muy glotona e investigadora. No paraba un instante quieta. Quería cogerlo todo y llevármelo a la boca.

Al comenzar a gatear,  fue la locura.  Según me contaba, intentaba llegar a todos lados, verlo todo, subir o bajar. Me daba igual. En definitiva, era agotadora. La desquiciada.

Cuando me contaba todas aquellas anécdotas me gustaba mucho y reíamos juntas.

Inmediatamente llegaba Ivy y tiraba de su mano para llevársela y terminar con las risotadas. O, traía algo que quería enseñarle. Otras veces se echaba en sus brazos con fingido llanto, por una picadura de insecto que no recordaba en qué zona le había picado. Robándome así, sus besos para consolarla. O simplemente, le pedía un zumo o cualquier otra cosa. Con el único fin de interrumpir nuestra complicidad.

Otra razón más por la que detestaba a esa niña.

Escapar a casa de Darcy me reconfortaba. Durante unas horas me olvidaba de Ivy. Porque charlar con mi adorada anciana me distraía mucho. Me encantaba hacer hervidos en su olla negra por el tizne. Buscar en el bosque los ingredientes necesarios mientras me recitaba una y otra vez, para qué servían.

Me explicaba todo lo que, una bruja clara, era capaz de hacer por la gente. La gran ayuda que podía prestar. Me contaba muchas situaciones en las que contribuyó a lograr un final feliz.

Al terminar el día y regresar junto a mi madre, en aquella casa, toda la euforia se esfumaba. Como el humo escapa por una rendija.

              El enfrentamiento constante con Ivy,  opacó cada instante  de  mi dicha. La competencia por ver a quién querían más; si a ella, su padre o a mí, mi madre.

             La superioridad con la que se mostraba a cada paso. El trato despectivo. Incluso ofensivo, con el que se dirigía a mí, en todo momento. Su sonrisa sarcástica y burlona. Su mirada destructiva, de inmenso odio. Me estrangulaban el alma. Llenándome de una aversión amarga que emborrachó mi corazón para el resto de mi vida.

Tampoco me gustaba la cara de mamá cada vez que me daba el beso de buenas noches mientras me arropaba en mi cama. Aunque sonreía, solo lo hacía para disimular frente a mí. Cuando giraba la cara y soplaba la vela que había sobre una balda cercana a la cama, su semblante se compungía. Ella no se percataba pero yo, sí.

Era más pequeña, sin embargo, jamás la vi de ese modo cuando estábamos con papá.

Así que una noche, abrí los ojos desmesuradamente. Intentaba no rendirme ante el sueño. Esperé un ratito y salí del abrigo de las mantas.  Crucé la cocina y recorrí el pasillo hasta llegar a la puerta del dormitorio donde, mamá  compartía lecho con ese hombre.

HAUNTED TOWN.  #PV2024        #PGP2024.  #sdo24Donde viven las historias. Descúbrelo ahora