Capítulo 32: El Rey Protector.

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La batalla ha terminado. Kiyomaro está tirado en el suelo sin fuerzas para lanzar ningún conjuro más y Zatch, malherido.

Zabas se gira hacia Lien y Wonrei.

—¿Aún no le has dado el libro a la chica? ¿Tantas ganas tenéis de morir juntos? —pregunta burlón el mamodo alado.

—Vamos, Lien, márchate. ¡Aléjate de mí! —le pide Wonrei muy nervioso—. Li... ¡¡Lien!! —chilla asustado.

La chica se ha puesto de espaldas a Wonrei con los brazos en cruz para protegerlo.

—Wonrei, no me gustan las mentiras —le dice con tranquilidad—. Yo no te estoy mintiendo, así que no me voy a mover de tu lado. Si es necesario, te protegeré con mi cuerpo.

—¡Quítate de ahí, Lien! ¡Te matarán! ¡¡Apártate!! —le grita desesperado.

—¿Qué más te da? —le pregunta entre lágrimas mientras gira la cabeza para mirarlo—. Si no me quieres, ¿qué te importa lo que me pueda pasar?

Wonrei no sabe qué hacer. En eso oye la voz de Kiyomaro que le dice que deje de hacer el idiota y proteja a Lien. Le cuenta lo mucho que ha sufrido para ir a buscarlo. Le pide que la mire, que vea las heridas que ha sufrido. Si no sale de esa celda, la chica saldrá aún peor parada.

—¡Si te importa, protégela! —le sigue gritando el chico—. ¡¡Cúbrela!! ¡Que no salga herida! —Wonrei abre mucho los ojos. Protegerla. Es lo único que ha intentado hacer en todos esos días y, por el aspecto que tiene Lien, está claro que no lo ha conseguido—. ¡Debes proteger a tu compañera! ¡¿Piensas huir de la lucha y ponerla en peligro?! Ella quiere luchar a tu lado ¡Compórtate como un rey y cuídala! Piensa en tus sueños. Lien nos contó que quieres ser un rey protector. ¡Actúa como tal!

Zabas suelta una risita estridente

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Zabas suelta una risita estridente.

—¿Has terminado con el sermón? ¡Ha sido precioso! —se burla el mamodo alado—. Vaya birria: sueños, rey protector... Sois una birria de mamodos con una birria de seres humanos. ¡Vamos a acabar con toda esta chusma de una vez!

—¡Garuk! —Zabas vuela hacia Lien. Sus alas puntiagudas marcan el camino mientras el mamodo gira como una peonza.

Wonrei ha tomado una decisión. Revienta el grillete y le lanza el libro a Lien.

—Lien, ¡el cuarto conjuro!

—¡Go Boren! —grita la chica con el libro en la mano.

El cuerpo de Wonrei crece. Rompe la reja de la celda, agarra a Lien con el brazo izquierdo y, con el derecho, golpea a Zabas y lo manda disparado lejos de ellos. Cuando el conjuro termina, Wonrei vuelve a su tamaño normal y suelta a su compañera.

—Gracias, Lien. Yo cuidaré de ti, no nos volveremos a separar. ¡Vamos allá! ¡Lo primero es darle su merecido a los que te han insultado! —exclama el chico mostrando su enfado.

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