—Buenos días.
Mi madre sonríe radiante al verme entrar en la cocina, le sonrío como puedo, me acerco para besar su mejilla mientras ella apaga la cocina y me pasa un plato.
—¿Lista para tu primer día?
Pregunta mi padre tomando de su taza de café.
—Tanto como puedo estarlo—abro la nevera con el plato en mano, saco la botella de jugo de naranja y al ver que le queda poco tomo asiento sobre la isla, dejando las tostadas a mi lado, para beber directo del envase-.
—Esperemos que esta vez no la echen—se burla James adentrándose en la cocina con su mochila en mano, le saco la lengua con comida masticada—tan delicada como siempre—pasa frente a mi para robarme una tostada y se sienta con mi papá en la mesa para revisar que lleva todo en su bolso-.
—Me echaron injustificadamente.
—Creí que ya habíamos cerrado ese tema—mi papá me da una mirada cansada—no fue injustificado.
— Hice lo correcto, se lo merecían—murmuro, repasando la rebanada de mi mano-.
—Puede que sí, pero igual tú te merecías esa expulsión—va al lavaplatos para dejar su taza y plato vacíos, se acerca a mi para besar mi frente—tomate esto como un oportunidad, una nueva escuela significa nuevos amigos, intenta llegar con una nueva actitud, ¿si?—asiento—solo trata de sonreír más y fruncir menos la frente, sino te vas a arrugar antes que yo.
Sonrío ignorando mi mal humor, él me guiña un ojo, se despide de los tres y sale con su portafolio.
—¿Tu no vas con él?—le pregunta James a mamá-.
—No, mis reuniones de hoy son en la tarde y dejé todo en orden en la oficina, así que me voy a tomar la mañana para hacer la compra.
—¿Te puedo acompañar?
Los dos me dan una mirada seria.
—Tienes cinco minutos para recoger tus cosas, sino te toca caminar.
Subo por mi chaqueta y mochila. Aprovecho que la cocina ahora está vacía para robar un par de aspirinas de la estantería y corro a la entrada sentándome en el suelo para ponerme mis botas, James grita desde la calle en cuenta regresiva amenazando con irse cuando llegue al cero.
Dejo la trenzas a medio hacer y corro al auto escuchando el "3".
Cierro la puerta del copiloto cuando estoy dentro.
—Aún hay tiempo, no seas intenso.
—Faltan quince minutos para las siete y tu colegio queda ahora a diez minutos del mío.
Guardo una aspirina en mi bolsillo y fijo mis ojos en la que queda en la palma de mi mano, la pongo en mi lengua y tomo agua de mi termo para pasarla.
—¿Qué tal llevas la resaca?—me ve por un segundo antes de tener que regresar la vista al frente para girar el volante en una curva-.
—Entre el trasnocho y la voz que me dice que será el peor año de mi vida... —dejo caer la cabeza hacia atrás—estoy a nada de matar a alguien.
—Y agrégale el mal humor que cargas desde que llegaste del campamento.
—Eso, pero... —me arrimo para dejar mi cabeza en su hombro y verlo con ojos de cachorro—podríamos saltarnos las clases e ir juntos a comer un helado, ya sabes, a ver si así se me pasa el mal humor.
—Buen intento, pero no dejaré que faltes a tu primer día de clases—aparto mi cabeza bufando—no hagas así que pareces un perro—me cruzo de brazos—podemos ir a por ese helado luego de clases, fosforito, no te pongas así.
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She
Roman pour AdolescentsCierro mis ojos con fuerza haciéndome ovillo junto al inodoro y escucho como abren las puertas de los otros cubículos. -Se habrá ido-la voz de Lion me hace retroceder con miedo hasta que mi espalda da con la pared-no creo que sea tan idiota como par...