15- No me gustan las etiquetas

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Amber:

Corro tan rápido como puedo para alcanzar al pelinegro que recorre el pasillo de la escuela como si de un maratón se tratase.

—¡No huyas, cobarde!—le grita al otro chico que nos lleva unos cuantos metros de ventaja-.

—Maldición—jadeo exhausta, pero sin dejar de correr-.

Henry nos ve a Cameron y a mí por encima de su hombro antes de perderse en una vuelta.

Cameron y yo nos frenamos al ver que el pasillo se extiendo a ambos lados y por ningún se ve rastro de Henry.

—Hijo de...

Le tapo la boca y señalo la puerta de los baños que está al otro lado del pasillo, asiente y caminamos en puntillas hasta la puerta. Él empuja la puerta con cuidado, pero apenas la abre un poco un chaparrón de agua nos cae encima a los dos.

La carcajada de Henry no se hace esperar mientras nos ve empapados.

—¿De qué te ríes, idiota?, te atrapamos—se truena los dedos acercándosele, Henry deja de reír al darse cuenta-.

—A ver, podemos llegar a un acuerdo—alza las manos tratando de negociar-.

—¿Irás a la fiesta?—pregunto-.

—¡Tengo reunión familiar! —repite lo que nos dijo antes—aunque quiera no puedo ir.

—¡Es tu cumpleaños!, ¡es tradición celebrarlo todos juntos!—Cameron se le acerca indignado—lo prometimos, Henry—lo señala acusadoramente-.

—Chicos...—frota su rostro—la situación en mi casa no está para que me salta la cena familiar así como así.

—¿Termina muy tarde?

—Imagino que será hasta las 11pm, más o menos, mis abuelos se acuestan a dormir temprano.

—Escápate después de eso—sugiero, buscando una solución-.

—Será muy tarde...

—Habrá tiempo suficiente—corto a Cameron—le cantamos cumpleaños apenas salga en un lugar cerca de su casa y luego lo llevamos a la fiesta.

—¿No es mucha molestia?—Henry rasca su nuca, Cameron lo golpea en la cabeza enojado-.

—Eres nuestro amigo, no seas imbécil, debemos celebrar tu cumpleaños contigo, así que haremos lo que dijo—me señala-.

Él sonríe asintiendo más animado.

.

.

.

—¿Bien?—Chad es el primero que se nos acerca apenas llegamos al campo, a lo lejos veo a Austin hablando con el entrenador-.

Tuvo que distraerlo para que Cameron y yo pudiéramos ir tras Henry luego de que nos soltara que no podría ir a su fiesta de cumpleaños mañana.

Cameron llama a Lenard y Austin para explicar el plan.

—Hay una cafetería a dos calles de su casa que vende su postre favorito—comenta Lenard-.

—¿No estará cerrada?—Lenard menea la cabeza y antes de explicarse sus mejillas cogen un leve tono rojizo-.

—Nosotros...—carraspea—hemos ido en la madrugada, ya sabes...—mueve las manos con nerviosismo—es caprichoso cuando está muy borracho.

—Claro...—Chad lo ve divertido por su reacción—entonces lo tenemos todo listo.

Asentimos y nos dispersamos cuando el entrenador nos divide en grupos para la práctica de hoy.

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