Acción y reacción

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La alarma programada de Monokuma, como siempre, era irritable... No sería tanto si tan solo hubiese conciliado el sueño. Me quedé despierto en la habitación de Maizono tanto para vigilarla, y de vez en cuando, salir a patrullar. No vaya a ser que otro se anime a hacerlo.

Solo espero que haya valido la pena... No, definitivamente valió la pena...

Monokuma: Buenos días estrellitas, la tierra les dice hola... Como sea, arriba perezosos, vayan al gimnasio, tengo un agradable anuncio que darles... Aquí los espero. ¡Rápido! ¡Apresúrense!

Maizono rápidamente se levantó al oír el anuncio. Se llevó una sorpresa al ver a Naegi en su habitación. Ella sabía que estaría ahí, pero que se quedara toda la noche en su cuarto, eso la puso nerviosa

Maizono: Emm... Bu-Buenos... días... Naegi-kun...

Makoto:... Ah, buenos días Maizono Sayaka-san. Prepárate para salir, tienes que ir junto a Oogami-san tal y como acordamos...

Ella solo asintió, sabía que estaba enojado, después de todo, había tratado de inculparlo para salir de allí, había traicionado la poca confianza que él le tenía. Y para añadir, ahora la llamaba por su nombre completo.

Rápidamente intentó componerse y comenzó a arreglarse para salir, cambió sus ropas, y esperó en la puerta. Se veía a kilómetros que estaba muerta de miedo, lo cual no pasó desapercibido en el chico...

Se dirigió hacia ella y... comenzó a pellizcar los lados de su vientre en un intento de calmarla al darle un fuerte estímulo

Ella se retorcía de un lado a otro, le decía que parara, hasta intentó quitar sus manos, pero sin mucho éxito. No hacia falta decir que estaba demasiado sonrojada.

En cierto punto dejó de resistirse y cayó sobre sus rodillas, respiraba agitadamente de la vergüenza.

Parece que funcionó... Llamaría demasiado la atención si salía con la cara larga...

Makoto: Bien, parece que ya te calmaste. Ahora ve a buscar a Oogami-san para que vayan juntas

Maizono: O-Ok...

Ella se levantó y salió. Sus piernas temblaban, le era un poco dificultoso mantenerse en pie. Se golpeó ambos cachetes para calmarse y siguió

Ahora que la veo mas de cerca, tiene una buena figura... o eso me gustaría decirle si tan solo no... No sirve de nada quejarse, también tengo que prepararme...

Esperé unos minutos hasta que todos ya hayan salido. Por suerte le dije a Oogami-san que se ocupara de Junko, quería estar solo por ahora...

Makoto: Bien, a por café...

Me tomé mi tiempo para prepararme mi café y fui con el hasta el gimnasio, habían pasado 20 minutos desde el anuncio...

Togami: ¿Y? ¿Para que me llamaste?

Hagakure: De hecho, nos llamaron a todos viejo...

Yamada: Me muero de hambre...

Celes: Sea lo que sea que quieras decir, solo dilo — estaba irritada, aunque no lo pareciera

Monokuma: Vamos, paciencia mis naranjas podridas. Aun falta que llegue el invitado de honor...

Kirigiri: ¿Invitado de honor?

Monokuma: Sip, el invitado de honor. No podemos iniciar sin el... — escuchó la puerta abrirse — y hablando del diablo...

El suertudo llegó con una taza de café en su mano como si nada hubiera pasado

Tentando a la suerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora