14. Cuídalo

333 69 10
                                    

—Si no sentías nada por ella, lo mejor hubiera sido que no la ilusionaras. Ahora ella está sufriendo por tu culpa. Esos no fueron los principios y valores que a ti se te inculcaron. 

—Entre tú y mi papá no han hecho otra cosa más que presionarme. Papá con el puesto de la empresa porque, el tener una esposa y hacer una familia es el medidor para saber si estoy o no capacitado para liderar y tener el control de la empresa cuando él falte; y tú, con esas malditas indirectas de que no quieres partir de este mundo sin antes verme casado con una buena mujer. Ya les cumplí el capricho. 

A veces los padres no saben la presión que ejercen en sus hijos, ya sea sin querer o queriendo, pero al final son el detonante a que tomen malas decisiones. 

Mi familia es el vivo ejemplo de ello. Por mucho tiempo viví aferrado a un núcleo familiar lleno de toxicidad, negatividad y homofobia, donde muchas veces me sentí presionado, asfixiado, poca cosa, descartado e incluso dudaba de mis propias capacidades. 

Y bien dicen que rodearse de personas negativas, hace que se drenen tus energías con suma facilidad, terminan contagiándote de su amargura y negatividad, arrastrándote con ellos al precipicio. Por eso la mejor decisión que pude haber tomado alguna vez fue alejarme de ese ambiente que tanto daño me hizo. Tal vez en el fondo, él y yo no somos tan diferentes… 

—Si acepté venir fue para dejarte las cosas claras, de la misma manera que se las dejé a Mariana. No pienso considerar la decisión que tomé. Había dudado en contarles la verdad, tal vez por temor a cómo lo tomarían, pero ya que ella se adelantó, mucho mejor, así no tengo que seguir ocultando la verdad. Yo mismo personalmente me haré cargo de hacer válida la anulación del matrimonio con Mariana. Lamento ser una deshonra para ustedes, pero prefiero convertirme en la oveja negra de la familia, que seguir dejándome influenciar por ustedes. 

El mesero vino a la mesa, pero antes de que pudiera articular alguna palabra, Tom se levantó apresuradamente de la silla. 

—Gracias por la invitación, pero tengo otros asuntos que atender, madre. Pásala bonito. 

Al ver que me miró de reojo, intuí que solo estaba esperando a que me levantara, por esa razón lo hice. Caminó a zancadas largas y desapareció de mi vista, sin siquiera esperar a que lo alcanzara. Estaba apresurado, asumí que ajeno a lo que había sucedido con su mamá, el estar en un lugar como este era complicado para él. 

—¡Qué tenga un excelente día, señora! Fue un placer haberla conocido. 

Traté de ser educado y cortés con ella, ya que Tom no se despidió correctamente. Además, me dio algo de pena ver su expresión mientras él le hablaba de esa manera. Sé cómo debe sentirse él, pero también entiendo cómo se siente ella. 

Cuando iba a alejarme de la mesa, escuché una pregunta que hizo que frenara de golpe y no moviera ni un músculo. 

—¿Tú eres la nueva pareja de mi hijo? 

—¿Qué? — me volteé, casi al borde de un paro cardíaco y con el culo que no me cabía ni una alfiler.

—Mariana me comentó que mi hijo estaba interesado en un hombre. Tú, aparte de su ex asistente Steven, han sido los únicos cercanos a mi hijo. 

—No, es una equivocación, señora. Él y yo no somos… 

—Cuídalo por mí, ¿sí? 

Si No Puedo Tocarte [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora