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Sofía se levantó y caminó lentamente al baño. Había movimiento en el piso de abajo por lo que ella suponía que Liam ya se había levantado.
Se lavó la cara y se pasó unos minutos mirándose en el espejo. Se veía mal, triste, enferma. Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas sin que pudiera detenerlas y se odió, se odió por convertirse en ello. Apartó la mirada pero su reflejo aún estaba ahí.
Desilusionada de ella misma, golpeó el espejo sin haber medido su fuerza y este se rompió bajo su puño.
Presa del horror, observó su mano de la cual comenzaba a brotar sangre. Pedazos de espejo que permanecieron en su lugar le rebelaron una imagen de ella pálida, asustada, llorando.
Abrió la canilla y metió su mano debajo del agua a la vez que escuchaba unos pasos rapidos en el pasillo. Alguien golpeó la puerta.
-¿Quién está ahí?
Era Harry. Sofía cerró los ojos con fuerza e intento que su llanto no afectara su voz.
-Yo.
-¿Estás bien? Escuché un golpe.- dijo él.
-Estoy bien.- dijo ella y miró su mano ahogando un grito al descubrir varios cristales incrustados en esta.
Harry intentó abrir la puerta pero ella cerró el cerrojo y permaneció con la mano bajo el agua.
-Sofi, abrime.- pidió él al otro lado.
-No.- susurró ella antes de caer desmayada.
-¿Sofi?¿Amor?- llamó Harry sin conseguir respuesta.
Desesperado tras el golpe, comenzó a luchar contra la cerradura que lo apartaba de ella.
Al lograr abrir cayó de rodillas junto a ella.
-Latina,- susurró a la vez que la tomaba en sus brazos.- bebe, ¿qué pasó?
Observó el espejo roto y reparó en la mano de ella. Le besó la frente con lágrimas en los ojos y comenzó a llamar a Liam.
-Dejá de gritar.- pidió Louis fastidiado saliendo de la habitación.
-Ayudame.- pidió él y Louis abrió sus ojos como platos.
Sofía despertó en la cama de Harry. Al llevarse una mano a la cabeza, se encontró con una venda con marcas de sangre. Se maldijo mentalmente ante el dolor que provocaba la herida causada por su propia estupidez.
Encontró a Harry a su lado, él la miraba fijamente con expresión severa, estaba enojado, y mucho.

Aun se puede caer mas bajoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora