En la noche, Sofía despertó de golpe con el corazón latiéndole con fuerza y la respiración agitada. Tomó el inhalador y luego se puso de pie y fue hasta el cuarto de Harry. Todo tenía que ser una pesadilla. Quería entrar y verlo dormido tranquilamente pero solo se encontró con una habitación vacía.
Se alarmó y empezó a entrar a las demás habitaciones. Todos dormían. Bajó corriendo las escaleras y miró el patio, la sala, el salón de juegos. Las lágrimas caían por su rostro cuando ella se asomó a la cocina. Harry estaba ahí, apoyado contra la heladera, en boxers, tomando agua.
-Dios mio, Harry.- murmuró ella y se acercó a él. El chico frunció el ceño y dejó el vaso a un lado rodeándola con sus brazos.- Pensé que algo te había pasado.
-¿Pesadillas?- preguntó él. Ella asintió.- Vamos, amor. Vení conmigo.
Ambos subieron a la habitación y se acostaron en la cama de él. El chico le secó las lágrimas lentamente mientras la miraba fijamente.
-¿Qué es lo que te está asustando tanto?
-Las amenazas de Steve.
-¿Qué amenazas?- preguntó él frunciendo el ceño.
-Lleva todo un mes amenazándome para que firme el contrato y no lo hice. Dijo que algo malo iba a pasarnos a todos, que me iba a arrepentir.
-Él no va a acercarse a vos ni a nadie.- dijo él abrazándola y apoyando su mentón en la cabeza de ella.- No voy a dejar que te pase nada.
-Harry, dijo que iba a hacerte cosas malas a vos.- murmuró ella.
-¿Queres que lo denunciemos? Lo denunciamos y listo, le ponemos una orden de restricción. ¿Estarías mas tranquila así?
Ella asintió y él se apartó para poder besarla.
-Te amo, te amo demasiado.- murmuró sobre los labios de él.
Él intensificó el beso acercándola más a él, acariciando su cintura.
La sentía tan pequeña en comparación a él, una muñequita. Entonces se preguntó qué edad tendría Nash, cuánto habrá durado le relación de ellos, si lo habrán hecho. Inconcientemente se puso sobre ella y siguió besándola, ella era suya y él era de ella. Nadie iba a sacarsela....
Cuando despertó por la mañana era el chico mas feliz del mundo. Recordó lo de la noche. Recordó como ella le había dicho que era su primera vez, lo feliz que se había sentido él sabiendo que ella era de él y de nadie más. Sabiendo que Nash no la había tocado y que ella había tenido su primera vez.
Sofi dormía con su cabeza y una mano en el pecho de él. Su pelo caía sobre su pálida espalda. Él la amaba, la amaba con todo su corazón y no iba a dejar que nadie la lastimara. No a su princesa, no a su novia.
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Aun se puede caer mas bajo
Fiksi PenggemarCuando uno se encuentra en el suelo descubre que aún hay subsuelos en los que puede derrumbarse.