CAPITULO 5: MÍO

394 37 371
                                    

5-MÍO

**Soujun**

Abro los ojos notándome tan pesado que un gruñido escapa de mis labios en cuanto consigo enderezarme de la cama dándome cuenta enseguida de la breve molestia que siento en mi trasero al apoyarlo en el colchón. Durante breves segundos cierro los ojos y resoplo, intentando tomar conciencia de mí mismo hasta que vuelvo a abrirlos, con un brillo de enfado al mirar de reojo y ver al hombre de cabello azul que está dormido a mi lado completamente desnudo. Mmm....

Me inclino hacia él intentando olerle y gruño malhumorado de nuevo. No tiene olor ¿un simple beta?? No me jodas. Después bajo la mirada hacia mi abultado vientre desnudo que se estremece cuando paso mi mano por encima. Ju, estaba claro que me encontraría con este "resultado", eso significa que llevo varios meses dormido sin que mi otro "yo" me haya dejado campar a mis anchas... ¡tsk! maldito Kuchiki Soujun....

-Ah...- abro los ojos de par en par cuando me levanto de golpe de la cama y noto la humedad saliente de mi ano. Me llevo una mano para tocar ese líquido pegajoso pegado a mi piel y suspiro pesadamente. Una corrida normal, lo esperado en un beta. Ni punto de comparación a cómo me rellenó ese semental tan atractivo. Sí...estoy seguro que fue él quien me inseminó como una bestia...mi alfa de ojos celestes....

Aprovecho a que el beta sigue dormido profundamente para coger un yukata que encuentro tirado sobre una silla y me lo pongo, calzándome unas guetas para salir disfrutando del aire frío de la madrugada golpeándome el rostro. Aún es muy pronto, ya que apenas veo a gente por la calle entre la neblina de la mañana, por lo que empiezo a caminar escuchando el eco de mi calzado de madera pisando fuerte mientras me dirijo hacia el lugar que tengo en mente. El sitio que me trae tan buenos recuerdos...

--Flashback—

Cuando tomo el control del cuerpo de Kuchiki Soujun siempre necesito unos segundos para ubicarme y saber dónde estoy. La verdad es que apenas me deja salir, soy esa parte de su personalidad que detesta, su dualidad gamma que le repugna e intenta contenerme con una medicación tan brutal que me anula por completo, pero en cuanto se siente débil, no toma las pastillas o entra en celo...le es imposible detenerme.

-Ah...ah...jaja...ah...vaya...- me doy cuenta de que estoy en celo al notar la extrema humedad entre mis nalgas y los hilos líquidos que me están resbalando por las piernas bajo los pantalones que llevo puestos. Tengo una pistola con silenciador entre mis manos y estoy agazapado contra una pared que hace esquina en el espacio en el que estoy escondido, un sitio lleno de luces medio apagadas, con gente saliendo del lugar, algunos ebrios totalmente y otros casi a rastras, seguidos por tíos que parecen gorilas. Es una discoteca...y por la hora que marca mi reloj, debe ser la hora de cierre y están echando a todos, justo el momento perfecto para dar caza algún mafioso. Soujun debe estar en medio de un operativo y ha entrado en celo en el peor momento. Ju, pobre.

Tiro la pistola en una de las basuras que encuentro y me apoyo en la pared al notar como empiezan a fallarme las piernas completamente. Entro en los baños de la discoteca pese a saber que a estas horas estarán repugnantes y sucios, para intentar refrescarme la cara, aunque sé que es inútil intentar mantenerme sereno cuando lo único que deseo es que me follen hasta desfallecer. Joder...es muy doloroso...el celo de un gamma es horriblemente fastidioso, muy listo Soujun ¡siempre dejándome la parte más bonita, cabrón!!

-Ah...ah...lo siento Soujun...pero pienso joder...con el primero que pille...ah...- doy un alarido tan fuerte que sé que no solo retumba en las paredes de los baños sino fuera de éste. Apenas tengo que esperar unos segundos cuando dos betas entran en tromba en los baños, casi empujándose en el uno al otro y me miran totalmente desconcertados y calientes. Ju. Si es que es alzar mi voz, y todos los betas cercanos acuden a auxiliarme. Me encanta tener ese poder sobre ellos.

"RAZAS" (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora