"RAZAS" (Omegaverse)

CAPITULO 11: SENTIMIENTOS

11-SENTIMIENTOS

**Starrk**

Sé que no debería estar aquí, pero la curiosidad y mi instinto alfa me obliga a ello. Inspiro con fuerza al ver el letrero del hospital base de Karakura, el centro médico donde acuden todos los betas y otras razas defectuosas como único recurso sanitario ya que el resto de centros y hospitales son exclusivos para alfas y omegas. Aprieto los puños cuando entro, intentando controlar mis feromonas nerviosas y voy directamente hacia la zona de maternidad topándome con varias enfermeras.

- ¿Dónde están las habitaciones de los gammas que dan a luz aquí? - una de las enfermeras me mira entre sonrojada y nerviosa por mi fuerte tono de voz y me señala hacia otro lado del pasillo.

-En...el otro edificio anexo al principal, ahí son llevados las razas minoritarias...- chasqueo la lengua al oír eso y me encamino hacia el otro edificio buscando por las habitaciones hasta que veo en una de ellas, en un letrero pequeño, el nombre de Kuchiki Soujun, raza: gamma. Resoplo antes de entrar y abro los ojos al encontrarme a Soujun dormido boca arriba sobre la camilla, con la cabeza ladeada hacia un lado y su pecho elevándose despacio. Observo que no sólo tiene una vía conectada en una vena de su mano, sino que también está conectado a una máquina que controla sus constantes vitales.

-Ahora mismo no pareces tan fiero de cómo te pintan, dóberman...- alzo una mano para acariciar los mechones sueltos de su cabello esparcido por la almohada y carraspeo cuando una enfermera entra con un jarrón de flores que deja sobre la mesa. Dios ¿pero que estoy haciendo? Me alivia que siga vivo, pero tanto como para sentir lástima por él no debería...

-Por fin está descansando, no había manera de dormirle- la mujer sonríe de forma amable y yo desvío la mirada hacia la cuna de plástico transparente vacía al lado de la cama.

- ¿Dónde está el bebé? –

-Abajo, en la sala de neonatos. Le hemos bajado para no alterar a Kuchiki-san, temíamos por su seguridad-

- ¿A qué se refiere con eso? – la mujer se pone algo nerviosa cuando la miro tenso.

-Bueno, ya sabe...el llanto intenso de los bebés puede afectar la salud mental de las madres primerizas y más si son gammas...por su bipolaridad...- trago saliva sintiendo un repentino miedo de solo recordar que han matado a muchos gammas cuando ellos mismos se han librado de sus "crías" en un ataque bipolar. Son la única especie capaz de atentar contra sus descendientes si les estorban para defender o conseguir lo que quieren. Sinceramente no me imagino a Soujun atentando contra nuestro hijo, pero el "otro" ....

Sí. De ese sí que me lo esperaría la verdad. Es capaz de cualquier cosa para sobrevivir, ya me lo demostró "en especias".

Chasqueo la lengua posando una mano sobre mi entrepierna al recordar esa dolorosa experiencia y salgo de la habitación dejando a la enfermera sorprendida mientras bajo directamente a la sala de neonatos. Trago saliva cuando veo tras un cristal varias cunas con bebés llorando, aunque mis ojos enseguida se fijan en una cuna, con un bebé de piel blanca y cabello rizado que tiene sus ojos fuertemente apretados mientras llora mordiéndose los puños. Mis ojos se fijan en el letrero de los pies de la cuna donde leo el nombre del pequeño. "Kuchiki Ginrei".

-Señor lo siento, pero aquí no puede pasar- hago jadear a una enfermera cuando desprendo un poco mis feromonas alfas y uso mi voz para quitarla de mi camino.

-Mujer ¿quieres tener problemas con un miembro de la familia Coyote? - ella se aparta negando con la cabeza y se queda mirándome mientras yo me acerco a la cuna de mi pequeño para cogerlo en brazos sujetándole bajo sus axilas llevándomelo al rostro.