CAPITULO 18: PATRIARCAS

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18-PATRIARCAS

**Zangetsu**

El salón de la mansión de nuestra familia está totalmente en silencio. Los únicos sonidos que escucho son los de los recuerdos en mi mente, los disparos, esos gritos...esa voz juvenil desgarrada susurrando mi nombre...todo está entremezclado entre ruidos, un sonido dañino que me hace gruñir mientras bajo mi cabeza, viendo el hilo de sangre que cuelga de mi boca, descolgándose lentamente hasta caer sobre mis pantalones, tiñéndolo de rojo oscuro....

- ¿Lo has recordado? - alzo la mirada hacia la de Sasakibe Tadaoki el cual me muestra su pierna, con dos cicatrices de impactos de bala y otro impacto en su abdomen al levantarse la camisa. Suspiro bajando la mirada de nuevo y él gruñe molesto.

-Si buscas mis disculpas, las tendrás respecto a tus familiares, pero por tu hijo...no...- vuelvo a mirarle más desafiante viendo que se sorprende. –Mi corazón...no puede recordar ese dolor...pero hay algo que tengo claro y es que tu maldito hijo...fue el que mató a mi pareja...el que le tiró desde el puente...- escucho el jadeo de sorpresa de Sasakibe y Komamura gruñe antes de darme tal golpe contra el oído que no noto cómo me revienta un tímpano, ya que empiezo a oír un sonido muy molesto en mi cerebro, como el de una máquina de hospital cuando alguien muere. Jo...der....

- ¡Zangetsu!!- escucho mi nombre con mucha dificultad en la lejanía seguido de un disparo que retumba muy cerca, pero yo apenas lo escucho, aunque sí puedo ver borrosamente, la figura de mi hermano Starrk que acaba de entrar en el salón con su pistola en mano desanudándose la corbata mientras resopla mirando furioso a mis atacantes. Ah, dios...reconozco esa mirada...todos los Coyote nos ponemos en este estado cuando alguien se atreve a intentar dañarnos....

**Starrk**

Siento cómo la sangre me hierve en las venas cuando veo a mi hermano mayor atado a una silla, con el rostro tan destrozado por golpes que apenas puedo distinguir sus facciones entre tanta sangre. No hace falta oler para saber que seguramente todo el salón familiar huela a la sangre perdida de mi hermano, que puedo ver sobre sus ropas y en el suelo, con salpicaduras de varios tamaños. Debería haber llegado antes...maldición....

-Yo me encargo de él- veo como un hombre enorme viene hacia mí con expresión amenazante y observo como sus ojos dorados se abren de par en par al ver que no me muevo de mi sitio.

-No puede ser... ¿Por qué no caes? - alzo el mentón de forma altiva viendo su perplejidad. Ah...ya veo...debe ser de una raza que emite un aroma peligroso, pero como no puedo olerle...está jodido.

Jadeo con rabia cuando alzo mi pistola hacia él, pero para golpearle en la cara con el arma con tanta fuerza que le abro una brecha en una ceja viendo como la sangre recorre su rostro sorprendido, pero a la vez furioso. Encañono de nuevo la pistola quitando el seguro y la dirijo a la altura de su corazón viendo como aprieta los dientes ante mi gesto.

- ¿Qué? No contabas con un alfa que no puede oler ¿verdad gigante? - disparo viendo cómo esquiva el tiro sorprendentemente y gruño cuando me golpea la mano para que suelte el arma dándome un puñetazo en la cara que me hace trastabillar hacia atrás mientras me restriego la sangre que me escurre de la nariz. Que...hijo de puta...tiene que ser un soldado o mercenario y con ese cuerpo no va ser fácil matarlo....

-Con que esas tenemos...- me quito la chaqueta tirándola al suelo y me remango la camisa, crujiendo mis nudillos viendo como él tensa sus músculos para ponerse en posición de ataque. ¿Quiere un cuerpo contra cuerpo? Pues lo tendrá.

**Sasakibe**

Escucho los gruñidos de Sajin en la otra habitación donde está peleando contra el otro Coyote y vuelvo a mirar a Zangetsu, enganchándole del pelo con una mano para que levante la cabeza, observando la marca del mordisco que tiene en su cuello reciente.

"RAZAS" (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora