【Capítulo 57】

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Punto de vista de Leonor:

El remolino de viento impactó en el suelo y todo empezó a ser despejado por la presión del viento.

La fuerza era tal que me empujó dos metros de mi posición.

—Por fin puedo ver tu hermoso rostro, Leonor

De pronto una voz dijo mi nombre.

No lo pensé dos veces y lancé dos enormes bolas de fuego.

Al impactar, el remolino desapareció y la persona que me habló, pudo verse de manera clara a través de mis ojos.

Era un hombre alto, de cabello blanco, ojos almendrados, nariz torcida, su complexión física era escultural, su piel era de porcelana, pero, por el contrario, su voz era desagradable y los atributos de su rostro, se complementaban de tal manera que decirle horrible era lo más indicado.

Sin olvidar mencionar que una sonrisa de locura se dibujaba en su rostro y una excesiva cantidad de baba caía por su boca.

«¡Leonor desactiva tu poder!, ¡realmente te vas a arrepentir!»

Me ordenó Silvia, pero no hice caso y seguí usando mi poder.

Más aún, incrementé la cantidad de poder que obtenía de Olimpia y me acerqué de manera veloz al hombre.

Planeaba golpearle, no obstante...

—Niña... deja de jugar

Una cachetada me dio de pleno en la cara y sin siquiera poder ver su mano, salí volando seis metros a la distancia.

Duele.

Fue una cachetada, pero el dolor era demasiado, ¿Qué demonios me estaba sucediendo?, ¿siempre fui así de débil?

Traté de levantarme, pero de pronto me sentí nuevamente débil.

¡Aún no debo caer!

Liberé mi aura a la fuerza para mantenerme cuerda, no obstante...

(Crac)

Un crujido frío se escuchó dentro de mi ser.

No era un hueso, no era algo físico.

Era algo relacionado con mi espíritu.

Pese a eso, pese a ese terrorífico sonido...

No me detuve.

—¡Habilidad especial de aura!, ¡Juicio fulminante!

Grité de dolor.

Junté una gran cantidad de rayos entre las nubes y un descomunal trueno cayó.

—¿Esto es una habilidad especial?, que decepción

Dijo el hombre pulverizando mi inmenso rayo con un poco de fuego.

¿Es siquiera eso posible?

Mi mente era un caos.

—Pensé que nuestra pelea sería más intensa

Seguía parloteando el hombre.

Entonces, en un abrir y cerrar de ojos, los seis metros de distancia que nos separaba, fueron reducidas a cero.

(Patada)

Su pierna me dio con fuerza en la cara y mi mandíbula se rompió.

Mi consciencia se estaba perdiendo, al igual que mi fuerza, la cual ya se había desvanecido.

RE: UN MUNDO DESDE CERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora