C50

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Narra Lando:

¿Estás segura de esto?

Si amor, hace mucho que venimos esperando este momento

Lo sé, pero me da miedo hacerte daño

Sé que no podrías

Soltó mientras avanzaba un paso más hacia mi, acortando  la distancia que nos separaba. Y desde esa cercanía, pude sentir  su respiración chocando contra la piel de mi cuello, lo que generaba que mi corazón aumentara su actividad a un ritmo acelerado.

Lo próximo que sentí fueron sus húmedos y suaves labios, los cuales dibujaban una línea de besos que comenzaba por debajo de mi oreja, descendía hasta llegar a mi clavícula, para luego finalizar en mi boca.

Nuestros labios se encontraron una vez más, pero a diferencia de las anteriores el beso dulce pasó en cuestión de segundos a uno cargado de lujuria y deseo.

Sin pensarlo mis manos viajaron rápidamente hacia sus piernas para elevarla con gran fuerza, al mismo tiempo que mis pies intentaban avanzar sin caerse producto del leve movimiento del yate.

Pero, aun así, por más empeño que pusiéramos, la desesperación nos hizo actuar torpemente, generando que al sentar el cuerpo de Amellie sobre aquel mueble, tiráramos unas cuantas cosas en el camino.

¿Estás segura?

No quiero esperar más... solo quiero disfrutar antes de que me vaya, porque no soportaría una semana más sin sentirte

Cada segundo que perdemos me resulta una agonía

Solté mientras me aferraba más a ella, lo que generó que al sentir mi virilidad contra su feminidad, soltara un gemido que terminó de encenderme por completo.

Ataqué su boca sin vacilar, y entre beso y beso fui perdiendo de a poco la noción del tiempo, pero lo que no perdía eran las ganas de querer congelar ese momento para siempre.

Mis manos recorrían su cuerpo delicadamente y con suma cautela, ya que no quería que ninguna de mis acciones trajera viejos recuerdos a su mente.

Pero, por el contrario, fue la mía que me empezó a traicionar, generando que mis manos temblaran al querer comenzar a desprender su vestido.

Y sin darme lugar a la duda, las de ella se posaron sobre las mías y así juntos pudimos continuar, disfrutando de un encuentro esperado, único y especial.

Sus ojos y los míos se conectaron y sin apartar la vista, nuestras manos deprendieron lentamente cada uno de los botones hasta que cuando la tela cayó, esa conexión se rompió, y me resultó inevitable que mis ojos no recorrieran su figura.

Solo quedaban leves marcas de aquellas cicatrices que mis labios sintieron en aquel encuentro en la ducha.

Marcas que  mis ojos podían contemplar por primera vez.

Marcas que la hacían lucir aún mas fuerte y hermosa.

Nuestros cuerpos cayeron encima de la gran cama, pero eso no fue impedimento a que nuestros labios se separaran, sino que continuaron conectados sin dejar lugar del inmobiliario por recorrer.

Ella abajo, yo arriba contemplando como su cuerpo se retorcía ante cada ínfimo toque en los puntos exactos, hasta que fue mi boca la que comenzó a descender, mientras mis labios humedecían su piel con un contacto sutilmente lujurioso.

Mi lengua se abrió paso en su zona íntima, moviéndose rápidamente en varios sentidos, y a juzgar por su rostro lograron llevarla a alcanzar el clímax en cuestión de minutos.

Línea final | Lando Norris | Trilogía F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora