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Narra Amellie:

Su mano apoyada con gran fuerza sobre mi boca provocaba que mis gritos se ahogaran contra ella, haciendo que mi esfuerzo para que me escucharan fueran en vano.

Lo próximo que sentí fue como ingresamos a un cuarto al parecer de almacenamiento para que acto seguido el me soltara empujándome con gran fuerza, lo que generó que mi cuerpo tomara contacto con una gran estantería metálica, haciendo que toda mi espalda doliera.

Su semblante estaba completamente desfigurado, sus manos estaban cerradas, siendo sus puños los que se preparaban para un posible ataque.

Giré mi rostro ágilmente y sin pensarlo comencé a correr por todo el lugar siguiendo los laberintos que formaban las estanterías, como si las mismas me permitieran esconderme, en tanto él me seguía por detrás.

Por favor, no me hagas nada − grité con la respiración agitada, mientras que de su parte solo escuché una risa sínica en respuesta.

Mi cuerpo corrió buscando la salida, pero el suyo se movió más rápido que el mío, interponiéndose en la salida, generando que yo comenzara a retroceder, para darle lugar a que Michael avanzara hasta acorralarme contra la pared.

En el camino fui enredándome con varias cosas que se habían caído, y el hecho de no sacarle los ojos de encima a mi acosador, provocaron que me terminara de tropezar, generando que mi cuerpo tomara contacto con el piso una vez más en cuestión de segundos.

Por favor, detente ya −hablé por segunda vez completamente en vano.

Arrastré mi cuerpo por el piso, hasta que mi espalda dolorida tomó contacto con una pared, la cuál indicaba que ya no tenía escapatoria.

El cuerpo de Michael se agachó hasta quedar a mi misma altura, para desde allí empezar a mantener una conversación.

Si me hubieras hecho caso, nunca hubiéramos acabado así − soltó manteniendo su mirada fija sin pestañar sobre mí.

No entiendo, ¿Qué fue lo que te hice para merecer esto?

− ¿Quieres saber lo que me hiciste? − preguntó mientras su rostro se acercaba a mí.

 − Yo te voy a recordar lo que me hiciste− agregó, para acto seguido sentir como su mano se aferraba fuertemente a mi pelo, y desde allí me levantó, haciendo que las heridas recientemente cicatrizadas de mi cabeza me recordaran todo el dolor que había y estaba viviendo.

El cuerpo de Michael se pegó al mío, haciendo que el espacio que había entre la pared se redujera, mientras que su rostro se pegaba a mi oreja, pudiendo así sentir aún más de cerca el odio que escupían sus palabras.

− ¿Acaso no te acuerdas el primer día que te conocí? − Yo simplemente asentí al ver que él buscaba una respuesta al apretar aún más el agarre de mi pelo.

Ese día te comportaste totalmente arrogante conmigo y me rechazaste sin darme lugar a nada, y nadie rechaza a Michael Italiano, porque si lo hacen deberán hacerse cargo de las consecuencias, y estas son las tuyas

Lo siento... yo... no quería sonar así lo prometo.... pero

− ¿Pero?

Vos no sos mi tipo y ...

Y las palabras que intenté que salieran, fueron reemplazadas por un grito ahogado producto del golpe que había recibido. Michael me había arrojado nuevamente al suelo, provocando que toda la parte lateral de mi cuerpo fuera la que ahora doliera.

Línea final | Lando Norris | Trilogía F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora