C3

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Domingo 3 de Agosto de 2020, Londres.

Narra Amellie:

El incesante ruido de la puerta hizo que inevitablemente despegara la cara de la almohada, para quedarme unos cuantos segundos sin entender absolutamente nada de lo que estaba pasando.

Comienzo a despabilarme poco a poco a media que habría los ojos, sintiendo como los mismo ardían levemente producto del sol que ingresaba por el gran ventanal de la habitación, impidiéndome así ver con claridad.

Tomé la sábana junto con el acolchado y llevé ambos de forma tal que los mismos terminaron de cubrir la única parte de mi cuerpo que quedaba libre, mi rostro.

"Necesito comprar una cortina urgente"  pensé para mis adentros

El golpe insisten contra la madera de la puerta hizo que me destapara bruscamente para empezar a incorporarme. Me quedé sentada unos cuantos segundos con los pies colgando por el borde de la cama, y agaché mi cabeza como si eso permitiera que mi cerebro emitiera algún tipo de información, aunque el cansancio me impedía recordar algo tan simple como mi nombre.

Mis pies tomaron contacto con el piso frío, mientras que junto con mis piernas, mi cuerpo iba avanzando por el departamento hasta al lugar exacto del cual provenía el ruido, que por cierto se estaba transformando en ensordecedor.

Giré las llaves haciendo que el ruido que las mismas emitían le diera el aviso necesario a la persona que se encontraba detrás, provocando que el incesante golpeteo frenara, trayendo paz para mis oídos.

Al abrir la puerta me encontré con una chica, la cual me sonreía al mismo tiempo que largaba una leve risita, haciendo que el blanco inmaculado de sus dientes, resaltara aún más con el color de su hermosa piel.

Hola! Me contó Julia que teníamos vecina nueva así que decidí pasar a saludar, aunque creo que elegí un mal momento, ¿Jet lag? − dijo en español, pero conservando el acento inconfundible de México.

Yo simplemente no atiné a responder, sino que más bien me concentré en empezar a captar las fachas que traía. Mi pelo estaba todo alborotado, y la liga que lo sujetaba se encontraba a medio camino, lo cual inevitablemente había provocado que algunos mechones fugaces de pelo se encontraran enmarcando mi rostro.

Mi pijama se veía todo arrugado y el look se terminaba de completar con un pie cubierto por una media y el otro libre, indicando que una de ellas se había quedado dentro de la cama. Mis deditos libres se movieron, al mismo tiempo que el calor se apoderó de mi rostro, sintiéndome avergonzada.

Creo que mi apariencia habla por sí sola − respondí a su pregunta al mismo tiempo que reía y abría mas la puerta.

No te preocupes por eso, yo suelo andar así por el edificio − habló sin borrar su sonrisa haciéndome sentir un poquito más relajada − Por cierto soy Janelle y vivo en el departamento C.

Un gusto Janelle, soy Amellie... hablé con mi voz ronca para ser interrumpida inmediatamente.

¿Con doble l?  − preguntó mientras que yo sentía que mi alma se despertaba un poquito y mis ojos se iluminaban, para responderle asintiendo con la cabeza levemente producto de la sorpresa−Pregunto porque yo estoy cansada de que escriban mal mi nombre soltó resignada.

Por fin alguien que me entiende, por cierto que maleducada soy, no te invité a pasar−  dije mientras me hacía a un lado para darle la bienvenida a mi hogar permanente− ¿Quieres desayunar algo?

Línea final | Lando Norris | Trilogía F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora