Epílogo

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Narra Lando:

LANDOOOO!!!

Volver a escuchar su voz después de tanto tiempo, provocó que detuviera en seco mi caminata, pero definitivamente lo que no iba a poder controlar era el nerviosismo que se había apoderado de mi cuerpo con tan solo una simple palabra.

Por un segundo intenté calmar mi respiración, para ver si de esa manera podía disminuir los latidos de mi corazón y el sudor que corría por mi cuerpo, o más bien quería evitar darme vuelta de forma rápida, por el simple miedo de que todo eso fuera un sueño.

Pero al tomar coraje,  darme la vuelta y encontrarla allí, entendí que no era un sueño, o tal vez si había sido todo lo que tanto habíamos deseado y anhelado.

Ella continuaba avanzando en mi dirección, hasta que al darme vuelta su marcha se detuvo, quedando ambos a una distancia bastante considerable, a partir de la cual nos permitimos observarnos.

Su pecho subía y bajaba, sus manos temblaban producto de los nervios mezclados con la adrenalina, y las lágrimas estaban esperando el momento indicado para salir, siendo eso un espejismo de como yo me sentía en ese mismo instante.

Uno de mis pies avanzó, pero una dificultosa seña con su mano bastó para frenarme dejándome en el punto exacto en el que me encontraba, mientras mi cerebro contenía las ganas de enviar la señal para que mis piernas salieran corriendo en su dirección.

Pero cuando continué observando sus movimientos entendí que el paso no debía darlo yo.

Sus manos se aferraron con gran fuerza de los apoya brazos de las sillas, mientras que sus brazos empujaban contra estos para que lentamente su cuerpo se pudiera incorporar.

Mis ojos siguieron sus movimientos, mientras que no paraban de soltar una a una las lágrimas que había tenido contenidas desde el instante en el que la vi llegar a la pista.

Las muecas de su rostro indicaban el cansancio y el fastidio que le generaba el hecho de mantenerse en pie, por lo que comencé a alarmarme ya que, como tantas otras veces, no quería verla caerse de nuevo.

Pero por más miedo que tuviera debía dejar que ella lo intentara, por lo que simplemente decidí motivarla una vez más, ahora teniéndola cerca mío, y fue ese amor que nos teníamos el que le terminó de dar la estabilidad que necesitaba para dar el primer paso.

Vamos ojitos, puedes hacerlo, solo tomate tu tiempo

Uno de sus pies se arrastró por el suelo torpemente, seguido de otro y así sucesivamente, al igual que las lágrimas de felicidad se arrastraban en caída libre por sus mejillas.

Una pequeña deformidad del asfalto provocó que tambaleara a lo que yo reaccioné reduciendo la distancia, pero rápidamente ella repitió su misma mueca para detenerme, y volvió a recuperar el equilibrio, ya que esa piedra pequeña no era un obstáculo que no pudiera afrontar.

Tranquila amor, te voy a esperar toda la vida

Y sin apartar mi vista, me pare allí mientras mi corazón latía fuertemente esperanzado, en tanto mi cuerpo esperaba ansiado que cruzara la línea final.

Y después de tanto tiempo mis brazos volvieron a llenarse, al sentir como su cuerpo encajaba a la perfección junto con el mío.

Mis fosas nasales se inundaron con su perfume, y con ello se disipó la nostalgia de no poder recordar su esencia.

Pero por sobre todas las cosas, decidí perderme por completo en sus ojos cristalinos, los cuales me miraban con ese brillo particular, lleno de esperanza e ilusión justo como el primer día, haciendo que las palabras en ese instante sobraran.

Línea final | Lando Norris | Trilogía F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora