Perdóname [Libro 1]

Prefacio / Sinopsis

"Amar no siempre es algo bonito o romántico, amar también puede ser tu peor castigo y condena cuando la persona que amas solo te lastima" [Melina]

"Las apariencias engañan, nada es lo que parece, en el momento más difícil de tu vida solo las personas que te aman de verdad se quedarán contigo hasta el final" [Michael]

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Mi nombre es Melina Rogers, tengo diecinueve años y soy cristiana, amo a Dios por sobretodo y con todo lo que soy; quizás crean por ser creyente mi vida es bonita y perfecta o que yo soy una santa, al contrario, sé que Dios me ama con mis errores, pecados y defectos, ¿quién dice que por ser cristiana debes ser santa y perfecta?
¿acaso Dios no influye en la vida amorosa y sentimental de sus hijos?... eso lo descubrirán siguiendo mi historia de amor, lucha, fe y perdón.

Mi vida nunca fue fácil, mi madre me abandonó cuando yo tenía cinco años dejándome bajo el poder de mi tía quién me maltrató y humilló desde que tengo uso de razón, desde que era niña siempre soñé con independizarme del poder de mi tía, con ser profesional y tener mi propia vida, digna y confortable.

Lo más lógico es que a una chica siempre le guíe su madre en todo lo que hace, incluso en su manera de vestirse y peinarse, pero como es sabido ese no es mi caso, desde que era pequeña nunca le tomé importancia a la ropa, al peinado o al maquillaje, solo me vestía con lo que apenas podía conseguir ya que mi tía nunca me pagó lo que merecía por trabajar para ella en su cafetería.

Un día conocí a una señora que me habló de Cristo y de su amor por mí, fue tan maravilloso ese momento que sentí que en verdad Dios me ama y que tiene un plan para mi vida, fue así que le entregué mi vida a Jesús, a mi precioso salvador que dio su vida por mí, amé a Jesús desde aquel mismo instante, tenía nueve años, desde ese momento fuí feliz a pesar de las carencias en mi vida, no necesitaba de nadie ni de nada para ser feliz, el amor de Dios fue suficiente para mí pero olvidé que él también tiene un plan para mi vida, plan que no estaba preparada para afrontar y que sería mi más grande desafio.

Cuando tenía dieciocho años, postulé para obtener una beca en una de las mejores universidades de Los Angeles, y gracias a la inteligencia que Dios me dió, gané esa beca, fue en ese momento que pensé que había alcanzado la cima, que había logrado la mayor meta de mi vida sin imaginar que en esa universidad iba a conocer el verdadero sufrimiento solo por... enamorarme, si, por enamorarme.

Era el primer día de la universidad, yo estaba feliz y emocionada por iniciar una nueva etapa en mi vida hasta que conocí a Michael, un chico que ¡wow! es guapísimo literalmente, ojos verdes, color océano, piel blanca como leche y labios rojos que derriten, delgado, alto y esbelto, algo asi como una estrella de rock, una combinación perfecta que a cualquier chica enloquece, me enamoré de él desde aquel segundo que lo ví, lo amé no sé por qué, quizás fue porque me impactó con su apariencia o porque mi alma se unió a la suya o simplemente Dios lo había enviado a mi vida, no sé exactamente por qué, solo sé que lo amé desde el primer segundo que lo ví.

Todo va bien hasta ahí, hasta que Michael me rechazó y humilló, él me despreció desde que me conoció causando en mí un gran sufrimiento; supe que a Michael le gustan las chicas que parecen supermodelos y perfectas como su novia y claro como yo soy todo lo contrario a ese tipo de mujer Michael simplemente me despreció, fue ahí que me sentí mal por nunca haber sabido vestir a la moda como las chicas bellas.

Después de que el primer día en la universidad Michael me rechazó yo decidí alejarme de él por completo, lo hice, tragué mis sentimientos y amor y me alejé de él, solo que no imaginé que por cosas de la vida o por un plan divino nos toco estar juntos para un proyecto de la universidad, fue ahí que empezó toda mi aventura, fue ahí que sin querer iba a descubrir otro lado de Michael que desconocía y también iba a descubrir los terribles secretos que su novia y su familia ocultan, solo sé que las familias ricas y de buen apellido esconden cosas terribles y que no son lo que aparentan.