Capítulo 77

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Narra: (Michael)

Le doy su merecido a Joseph

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La rabia que ahora siento hace que me hierva la sangre, todo lo que acabo de pasar es por culpa de ese par de imbéciles, ahora mismo estoy en camino a la constructora, quiero que Joseph sepa que nunca debió de meterse conmigo, es más, nunca debió de enamorarse de Melina, es por eso que él la ha elegido a ella, por eso no dudó en denunciarme, para quedar como un héroe ante ella 《¡Ay lo que te espera primito querido! ¡ te lo buscaste por imbécil!》Digo en mis pensamientos.

Debo ser cuidadoso, no puedo ir frente a todos a poner en su lugar a Joseph, lo mejor será que espere hasta que salga de la constructora, luego esperaré que se aleje un poco, a una parte desolada para así poder darle su merecido.

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Llegamos a la constructora, a esta hora casi todos salen a almorzar, Joseph no tarda en salir, lo esperaré aquí dentro del taxi, le pagaré una muy buena cantidad de dinero al conductor para que haga lo que le pida.

—¿Cuanto me cobra por estar aquí hasta que salga la persona que estoy esperando? —le pregunto al conductor sacando mi billetera.

—Depende del tiempo que esté aquí detenido.

—Tenga esto, ¿le parece suficiente?, si hace lo que yo le ordene le daré mucho más dinero —le doy cien dólares.

—Por esta cantidad puedo esperar por una hora más si lo desea.

—Le daré más dinero si hace lo que yo le pido, tal cual le ordene; cuando yo le dé la orden va a seguir a un auto hasta que se aleje de este lugar, cuando vea un lugar algo desolado, ahí se va a cruzar en el camino de ese auto, le va a cerrar el pase, el conductor bajará a reclamar, ahí yo saldré a su encuentro y... haré lo que tengo que hacer, usted solo debe cumplir exactamente todo como se lo acabo de explicar, ¿qué le parece?, tenga, son cien dólares más —le hago una propuesta al conductor.

—Si me da cien dólares más puedo hacer como que no ví, ni oí nada, ¿está de acuerdo?

Este conductor se está aprovechando de la situación, qué me queda más que darle cien dólares más, que todo sea por darle su merecido al imbécil de Joseph.

—Está bien, tenga —le doy cien dólares más.

—No se preocupe, haré todo tal cual me ordenó.

—Espero que asi sea, recuerde que trescientos dólares ganados en menos de cinco minutos es algo que no le va a suceder todos los días, por eso debe de hacer todo como se lo dije y si es necesario le daré más ordenes cuando sea el momento oportuno, usted debe de cumplir exactamente con todo lo que le pida ¿entendido?

—Entendido señor.

—Por ahora hay que esperar a que el objetivo aparezca.

Tengo tantas ganas de darle una golpiza a Joseph, ¡maldita sea!, todavía me sale sangre de la nariz, no mucha pero aún sangra, saco más papel higiénico, limpio la sangre, espero que el sangrado se detenga porque no quiero que Joseph me vea así.




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Perdóname [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora