Capítulo 93

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Narra: (Melina)

Una parte de mí que desconocía

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Me miro al espejo, es como si fuera otra, no me reconozco, nunca he usado este tipo de vestuario, ni me han maquillado, incluso me han pintado las uñas, confieso que el color del vestido que elegí me gusta mucho, creo que es mi color favorito, el modelo del vestido también me gusta,  espero poder caminar bien con tacones, ¿quién soy ahora?...

—Te ves bellísima —me dijo la modista.

Me miro en el espejo de nuevo, me pierdo en mi reflejo, nunca imaginé estar vestida así, siempre tuve la percepción de que soy fea y poco agraciada y ahora...

—Nunca me he vestido así, es como si estaría soñando —le dije a la modista tocando el sedoso vestido, el cual me encanta.

—Siempre hay una primera vez, mírate, estás preciosa, he visto a muchas chicas, incluso a novias pero nunca a una chica tan bella como tú —la modista me habla mirando mi reflejo en el espejo.

—Siento como si estuviera dentro de un cuento de hadas, ni siquiera se nota la cicatriz en mi rostro.

—Te han maquillado muy bien, por eso no se nota.

Todo esto me hace sentir incómoda y extraña, me siento nerviosa y agitada, voy a sentarme, bebo agua de una botella, ¡no puede ser!, veo que mi portaretratos esta sobre la mesita de centro, no me lo pondré hoy porque este vestido tiene un escote y no quiero que nadie lo vea ya que es algo muy especial y delicado para mí, yo siempre lo escondo bajo mi ropa, pero ahora no podré por el gran escote del vestido, lo guardo en mi mochila donde dejé la ropa que estaba puesta, llevaré todo eso al auto de Joseph para poder llevarlo luego a mi apartamento.

Veo la hora, ya son casi las ocho de la noche, Joseph no demora en llegar, arreglo mi cabello, respiro profundo, voy a la salida del salón de belleza a esperarlo.

—¿El chico que te compró el vestido es tu prometido? —me preguntó la modista.

—No, él es mi mejor amigo, es como mi propio hermano.

—Ha, entiendo, por la forma en la que te miraba...

—¿Qué?

—No, nada, trata de relajarte, puedo notar que estás nerviosa.

—Si, lo estoy, nunca me he vestido así, ni me he maquillado ni nada por el estilo, me siento extraña, como si estuviera soñando.

—Debes sentirte feliz, te ves muy hermosa.

Mejor me regreso al sofá a sentarme a esperar allí a que Joseph llegue.

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Ya son más de las ocho, iré a esperar a Joseph a la entrada.

Ahí está Joseph, se queda mirándome fijamente, me mira de pies a cabeza, se acerca lentamente a mí.

—Te ves preciosa, en verdad te ves muy hermosa —Joseph me dijo mirándome a la cara fijamente, no hace ningún gesto, se ha quedado así, mirándome, creo que él al igual que yo se extraña de que luzca así de diferente.

Perdóname [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora