Perdóname [Libro 1]

Capítulo 56

Narra: (Melina)

Dios al fin cumplió mi sueño

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Me siento nerviosa, ansiosa, mi corazón se empieza a exaltar mientras más cerca estoy de la casa de Michael, me muero por verlo ya que él ha cambiado conmigo, nunca olvidaré cuando me tomó de la mano, fue un mágico momento, quería que durara para siempre, mi amor, mi Michael, al fin se está dando cuenta de que yo no soy como él me consideraba.

Llego a su casa, respiro profundo mientras camino hacia su puerta; me detengo, toco el timbre una sola vez para que nadie se moleste.

A pesar de que tardan en abrir la puerta no insistiré en tocar el timbre otra vez, sigo esperando a que la señora Dévora abra la puerta.

Después de casi cinco minutos se abre la puerta, es la señora Dévora.

—¡Buenos días señora Dévora!, he venido para hacer el trabajo del proyecto junto con Michael, ¿puedo entrar? —pregunté sonriendo amablemente, aunque por dentro estoy nerviosa.

—Claro hija pasa, el joven Michael está desayunando en la sala de estar, imagino que la debe estar esperando.

Si Michael está desayunando tal vez le moleste que yo lo imterrumpa, mejor esperaré a que termine para que hagamos el trabajo, no quiero que se enoje conmigo, al contrario quiero que él siga tratándome asi de lindo como ayer.

—Mejor esperaré a que Michael termine de desayunar para entrar a la sala de estar, no lo quiero incomodar —le dije a la señora Dévora sentándome en el sofá de la sala principal.

—No creo que se incomode hija, además que hace rato empezó a comer, yo misma le llevé el desayuno hace casi media hora, ve tranquila —la señora Dévora me tomó de la mano haciendo que me pare del sofá, mejor le pediré que ella misma le avise a Michael que estoy aquí para que él no se enoje.

—Mejor dígale usted que estoy aquí, no quiero molestarlo.

—Como quieras —la señora Dévora me dijo subiendo por las escaleras, yo subo tras ella, caminamos hacia la sala de estar, ella toca la puerta, mi corazón se acelera al saber que veré a Michael—. Joven Michael la señorita Melina desea entrar, vino a hacer el trabajo de la universidad —le dijo a Michael abriendo a medias la puerta, yo me acerco más para oír lo que él le dirá.

—Dile que pase Dévora, traele jugo de naranja y frutas —Michael habló desde adentro.

¿Qué? ¿quiere que la señora Dévora me invite frutas?, definitivamente Michael ha cambiado de actitud conmigo, el saber eso hace que mis mis rodillas empiezen a temblar; entro a la sala de estar, ahí esta él, igual de lindo que siempre, lo miro y no logro asimilar su forma de tratarme ahora, me muero por abrazarlo pero sé que debo controlarme, haré como que estoy normal.

—¡Hola Michael!, vine a hacer el trabajo que no hicimos ayer —lo saludé.

—¡Hola Meli! —otra vez me llamó "Meli", ¡me muero!—. Claro que haremos el trabajo juntos, ahora mismo te devolveré tus cositas y tu celular —me dijo acercándose a mí, me besa en la mejilla, se siente sublime esos labios húmedos, mi corazón se detuvo al sentir el delicioso rose de ellos, me estoy desvaneciendo toda.