Capítulo 46

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Narra: (Michael)

Mi papá al fin me quita el castigo

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Es casi medianoche, acabo de llegar a casa, ojalá mi papá no note que recién llego, subo muy despacio las escaleras, camino hacia mi habitación, estoy muy cansado y mareado, iré a dormir ya, ¡que rica tarde por Dios!, no puedo creer que estoy a punto de ser el gran Dj que siempre soñé, no me pudierón salir mejor las cosas.






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Desperté porque quiero ir a orinar, me duele un poco la cabeza.

Mientras me lavo las manos depués de orinar viene a mi mente la idea de haber olvidado algo, siento que me olvidé de hacer algo, ¿qué podrá ser?, tengo mi celular y mi dinero, ¿abré olvidado guardar mi auto?... no, ahora que recuerdo lo guardé al lado del auto de mi mamá, ¿entonces qué olvidé?... ¿qué?... ¿no será que olvidé mis drogas en algún lugar?... no, no es eso, terminé toda la cocaína que Scarlett me dió, ¿entonces qué olvidé hacer?...

¡MIERDA! ¡OLVIDÉ QUE DEJÉ ENCERRADA A LA HORROROSA EN EL SÓTANO!, ¡mierda! ¡mil veces mierda!, ¿qué hago ahora?, ¿la dejo ahí o la libero?...

Mejor la dejo ahí, ya mañana veré que hago con ella, después de todo Melina no significa ni vale nada para mí como para preocuparme por ella, me acuesto muero del sueño...

¡Mierda!, no la puedo dejar en el sótano porque Dévora la puede encontrar ahí ya que ella acostumbra hacer limpieza muy temprano, ¿qué hago entonces?, no puedo dejarla ahí, no puedo.

Iré con mucho cuidado a sacar a Melina del sótano.

Abro la puerta del almacén, la veo acostada sobre unos cojines viejos, ella abre los ojos lentamente, mira el lugar, luego me mira a mí, de inmediato empieza a moverse, intenta gritar, quiere liberarse, se nota que está asustada, la liberaré ya, ojala no me ataque a arañazos como una gata salvaje, aunque lo más probable es que lo haga.

—¡Hey! ¡quédate quieta! ¡no intentes hacer nada! —le advierto sacando la cinta de su boca.

—¡No me mates! ¡por favor no me mates!—me ruega asustada, ¿de qué diablos habla?

—¿Qué? ¿de qué diablos hablas?, ¡yo no te voy a matar!, aunque ganas no me faltan —respondo a sus dudas.

¿De donde sacó esa estupidez de que la quiero matar?, la odio pero no para matarla, aunque alguna vez sentí ganas de hacerlo.

Perdóname [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora