G I A
Un dato importante que me proporcionaron los chicos la noche donde acepté nuestro "trato", fue su límite de tiempo. Si bien sabía la fecha exacta del festival al verlo en los folletos pegados en la paredes de las calles y sueltos en las tiendas por toda la ciudad, tenía claro que corríamos contra reloj.
¿Cómo hacer famosa a una banda totalmente remota y desconocida en tan sólo semanas?
Y cuanta más vuelta le daba en ello, más me llegaba a frustrar. Bares y conciertos pequeños eran solo el inicio. Podría verse fácil el poder utilizar las redes sociales, algo que todos utilizan y son adictivos, pero sabía que ellas nos llevarían la mitad del tiempo o misma cantidad.
Que un video lograra viralizarse en instagram o en youtube podría tomar dos semanas o ¡Hasta meses!
Eran oportunidades aleatorias que le surgían a las persona una o dos veces en un millón, y saber llamar la atención de los que llegaran a escuchar alguna canción de los chicos, era importante. Debía hacer un video que valiera la pena ver y repetirlo varias veces.
Bien, podría funcionar, ya tenía un pequeño plan para hacer.
Además de que ese no sólo era mi problema central. Mi lucha en la justicia sobre mi inocencia seguía de pie y nadie me convencerá de dejarla.
¡Jamás!
Seguía insistiendo en aquella reunión con la decana principal. Hoy, sábado, volví a insistirle a la secretaria, pero por alguna razón la negativa seguía vigente como una cláusula impuesta contra mí, era como si alguien me lo impidiera de manera absurda.
E ir con la policía no era opción, sinceramente tapar las denuncias había sido lo suficiente para saber que la policía no haría nada con declaraciones "vacías".
Y saber eso, solo lograba que mi enojo aumentara.
Mis palabras no resonarán de ninguna manera por más que arme otro escándalo como lo puede ser otra protesta sobre la prohibición de una simple charla. Quizá solo lograría que me expulsaran sin chistar, sin advertencias o medidas y ahí sí estaría jodida.
Estaba segura que eso satisfacerá a esos dos hombres idiotas, al sacarse un peso de encima sin siquiera quemarse o intervenir.
Solo debía aferrarme con fuerza a lo único que tenía. Las acusaciones de las chicas, mi propio encuentro desagradable y la sensación de tener manos ajenas tocándome, el nerviosismo del rector.
Tenía por donde tomar cartas en el asunto y aprovecharía todas las posibilidades.
Caminaba por los pasillos de la universidad, dirigiéndome a la salida hacia a un encuentro con la banda.
Cite a todos para poder hablarles de mi primera parte del plan. Pero al ser tonta, cometí el error de querer desviarme al edificio de medicina a echar un vistazo y me quedé totalmente paralizada cuando lo vi.
Blake.
Blake Dankworth.
Se encontraba en una posición diagonal a mí, podía ver a la perfección su perfil, revisando una carpeta en su mano y luciendo un semblante serio.
Con su vestimenta mayormente oscura y de marcas reconocidas, que decía cuan perteneciente era a la clase más alta de la sociedad y que a él no le importaba presumirla. Su cabello azabache despeinado, muy impropio de su parte, luciendo frustrado y cansado.
No me detuve a contar los segundos en la que tuve mi mirada sobre él cuando, sin previo aviso, levantó su cabeza, se giró y sus ojos dieron con los míos; como un fuerte viento azotando mi cara de repente.
ESTÁS LEYENDO
Perfecta Melodía
Novela Juvenil[BORRADOR] La vida de Gia en estos últimos años podría definirse fácilmente en nueve letras. Problemas. Vive de ellos. Pero este último la llevó al límite y ahora la necesidad de dinero es urgente. Casualmente encuentra una solución. Una banda marg...