Capítulo cuarenta y uno: Persona equivocada

2.1K 117 15
                                    

G I A

Miedosa. Eso era en lo que me convertía al huir después de escuchar la canción que me dedico al chico del cual estoy enamorada frente a un público de más de veinte mil personas.

¿Patética por eludir despedirme de él sin saber exactamente cuándo lo volveré a ver?

Eso también.

Me sentía tan abrumada que apenas mis sentidos tuvieron esa sobrecarga de sentimientos en mi pecho, mis pies caminaron solos buscando un rincón en el cual esconderme. Observe desde la oscuridad a RJ bajando del escenario, le había dejado a Félix su guitarra para buscarme en el backstage y había comenzado a hacerse camino entre las personas. Mirando de un lado a otro sin encontrarme.

No podía pensarlo dos veces sin sentirme una idiota. Quedándome allí sin hacer nada.

No te vayas.

Estaba torturándome recordando partes, solo pequeñas letras que rondaban mi cabeza. Escuchando todo el tiempo como su voz cantaba en un tono bajo que me encantaba.

Ahora, completamente sola en la seguridad de mi cuarto buscando ideas de que hacer de ahora en adelante antes de salir, mis brazos abrazaban mis rodillas mientras miraba por la ventana.

Me había olvidado de lo silencioso que podía ser el estar sola en una habitación, o en mi caso, un departamento gigante con cuartos vacíos.

Era aterrador como con la ausencia de Deva, por sus clases diferentes horarios a las mías, el piso se sentía tan...triste.

RJ se fue. Su autobús no esperó un minuto a quien quisiera subirse y aunque me presenté en el estacionamiento vacío solo para sentir tu ausencia, seguía pensando en que había hecho bien en quedarme en la ciudad.

Mi mirada se dirigió al suelo. Donde la enorme mancha de café que se me derramó hace unas horas se reía de mí. También, lejos de la mancha, algunos vinilos se encontraban esparcidos a mis lados, queriendo ambientar mi miseria con música, pero solo me recordaba a esa primera vez que RJ se sentó a mi lado y escribió en su estúpida libreta mientras escuchaban música juntos.

¡Basta!

Miré la hora en mi teléfono. Era algo increíble como el tiempo corría con tanta rapidez. El concierto se había realizado el domingo y ahora mismo, estaba por cursar mis clases del jueves.

Todo en un pestañeo.

No había querido mirar el móvil más allá de lo esencial, aun así no tenía nada que esperar. Pero un leve murmullo de Deva, me dejó en claro que la banda le iba bien, no muy lejos de aquí. Haciendo rondas en ciudades vecinas.

Reprimía mis ganas de revisar noticias de ellos. Había buscado cualquier pequeña actividad para distraerme. Comencé a buscar y mandar currículums a muchos puestos de trabajo. No tenía idea de lo que quería hacer con vida. Todavía no terminaba mi segundo año de carrera. No podía decidirlo en el momento, por lo que solo lo esencial de ahora en adelante hasta descubrirlo.

Levantándome del suelo me acerqué a la ventana para cerrarla. Tomando todo mi ánimo, cambié mi ropa y me coloqué el bolso al hombro para salir al frío día y emprender mi camino a la universidad.

El cielo parecía asemejarse a mi estado de ánimo actual porque las nubes espesas y grises me seguían allí a dónde fuera, y yendo en mi camino habitual en autobús las gotas no se hicieron esperar.

Nadie se detenía mucho tiempo para prestarme atención. Todos muy metidos en sus propios mundos. No tuve la misma suerte al llegar al campus. Aunque nadie me hablaba, solo me mandaban miradas cargadas de significados desconocidos. Eso era bueno. Hace mucho tiempo me había dejado de importar lo que pensaran, así que si no se me acercaban podía pasar un poco desapercibida. Cruzarme con alguien en mi camino a la oficina de secretaría no era algo que quería.

Perfecta Melodía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora