Perfecta Melodía

Capítulo cuarenta y dos: Atrapada

Holaa, este capitulo está sin editar por lo que quizás se encuentren con muchos errores, esto es parte de un maratón, espero que les guste  <3

G I A

Mi cuerpo se sobresaltó cuando unos golpes llegaron a la puerta sin previo aviso. Salté de la cama y mi corazón se agitó.

Habían pasado más de treinta minutos en los que revisar la ventana y mirar por debajo de la puerta se había convertido en todo mi pasatiempo. Inquieta y paranoica.

Y es que, después de decirme que alguien podría estar persiguiéndome, pensar en lo vulnerable que me encontraba por donde me mirarás era algo que no dejaba de pensar. Porque si alguien se atrevía a derribar la puerta me tendría encerrada entre su cuerpo y la única salida.

Otro golpe se escuchó y me hizo levantarme de mi asiento.

Pensando que Jack es el que estaba del otro lado de la puerta, avancé con rapidez para tomar el picaporte pero algo me hizo dudar y sin saber porqué solo espere.

Y esperé. Y no había más golpes.

Un silencio eterno. Nada se oía en el pasillo y estaba segura que si Jack fuera el que estuviera allí parado, él me pediría que la abriera.

Pero no había ninguna voz.

Alejándome de la puerta con pasos precavidos, mis ojos detectan dos sombras por debajo de la puerta que se cuelan desde el pasillo. Un par de pies estáticos. Mi pulso se aceleró y dudé mucho tiempo, más de lo que me imaginaba, en sí alzar la voz y preguntar quién se encontraba allí. Pero tomé la decisión de volver a acercarme y apoyar la cabeza contra la puerta.

La fría madera estremeció mi oreja y el tenso pitido que se oía me hacía eco en toda la cabeza. Nada, nada sucedía.

No es hasta que tocan esta vez con ambos puños, que el pitido se intensifica, mi cabeza rebota y debo separarme unos metros de la puerta para cubrir mis oídos con las manos.

Me quedé aturdida. Tropecé hacia atrás y tomé lo primero que mis manos alcanzan para tirarlo hacia el intruso cuando la puerta se abrió sin más.

Jack se agachó y esquivó con facilidad la botella de agua medio vacía. Se levantó y me miró como si me faltara algo más que un par de neuronas.

Suspirando con algo de tranquilidad al saber que alguien a quién conocía se encontraba conmigo en la habitación mis manos se dejan caer y es cuando me doy cuenta de que estaban tratando de asustarme.

—¿Qué es lo que sucede? —Jack cierra la puerta a sus espaldas luego de darle una mirada a ambos lados del pasillo.

—¿No había nadie allí? —Señalé con el dedo a su espalda.

—No —Frunció el ceño.

—Alguien golpeó la puerta. Y cuando no abrí, golpearon más fuerte —dije en un balbuceó.

Su pecho subió y bajó en una honda inhalación. Asintió y se acercó a la ventana antes de tomarme la muñeca y acércame más al centro de la habitación.

Apreté el móvil en mi mano.

—Ya era hora de que aparecieras.

No le presto mucha atención a mi tono desdeñoso.

—¿Alguien tocó la puerta? —preguntó echándole un vistazo a toda la habitación —No vi a nadie, o se fueron corriendo a todo lo que da o... —Se metió las mano a los bolsillos tirándome una mirada y se encogió de hombro —Bueno, nunca estás en todos tus cabales.