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Presente

Fuera de la profunda obsesión y amor hacia un individuo de cabello blanco, las hermanas Loud aún conservaban algo de su antiguo vida, una pequeña ancla de los días que que parecían sueños; sin embargo, no cambiarían esos días por Lincoln ni de broma.
Todas lo amaban a su modo y si tan solo un individuo amenaza con ese sentimiento, se darían a la tarea de quitarlo del caminó. Aunque fueran familiares, aunque les dieron refugio y acogido en su casa, aunque un día fueron sus padres.

En el caso de Lucy, esa ancla era Haiku, su mejor amiga. En un principio ella era una gran amenaza dado su historial con Lincoln, sin embargo, Lucy convenció a las fieras de no eliminarla, ya que según la misma Haiku, no sentia nada por su hermano, en pocas palabras no se convertirá en una amenaza.

Con el plan ejecutándose, Lori, Leni, Luan y Lincoln trabajando, Lucy decidió invitar a su amiga.

En cuanto a Haiku, ella era muy conciente del estado y cambio drástico de la familia Loud, y le encantaba. El ambiente sombrío, el aroma melancólico y la sensación tétrica de ser observada, eran cosas que nadie toleraba al pisar esa casa, nadie excepto Haiku, quien le encantaba hasta el más mínimo detalle. Y si por ella fuera, se tomaría el tiempo de explorar hasta el más mínimo rincón de esa casa.

- me alegra que pudieras venir.- dijo Lucy.

- siempre es un placer visitar tu hermosa casa.- respondió Haiku. - es escalofriante.- emocionada.

- gracias, a mi también me gusta el cambio.

Amabas chicas suben al ático, un lugar oscuro con una presión aún peor que morgue donde se escuchan ruidos, algo habitaba o mínimo frecuentaba ese lugar.

- debo preguntar Lucy, como se dio este cambio?.- cuestiona Haiku. - es decir... Mira este lugar, tus hermanas, los pasillos, nada cambio y a la vez todo, que paso?, como lo lograste?.- Haiku se acomoda en el suelo.

- yo no lo hice, fue Lincoln, aunque dudo mucho que esté contento con el cambio.- contesta de cierta forma halagada. Haiku era quizás de las pocas personas "normales" en todo el pueblo en soportar poner un pie en esa casa, donde los gritos y llantos hicieron que todos se quedarán en silencio.

- debo halagar a tu hermano, a todo esto, por qué está tan solo aquí?

- mis hermanas mayores trabajan, las menores en la escuela y de no ser por qué el profesor faltó, no estaríamos aquí, mas bien no deberíamos estar aquí.

- o vamos, no querrás negarme esto o si?, este lugar es asombroso.- la emoción se desborda en sus palabras, pese a hablar en tono bajo y melancólico.

Lucy estaba a punto de responder cuando por detrás de Haiku se escucha un estruendo y varias cajas cayendo al suelo.

Haiku se sobresalta un poco, Lucy va a investigar sin temor alguno, su amiga la sigue de cerca.

- que es?.- pregunta Haiku con una ligera pizca de emoción.

- mierda!.- contesta Lucy mientras carga al sr. Cocos.- Luan regreso.

Antes de que Haiku pudiera preguntar como lo sabía, ambas escuchan la puerta delantera abrirse.

- espera en mi cuarto.- habla Lucy mientras corre abajo con el muñeco en brazos.

Cuando Lucy llega a la planta baja, arroja al muñeco al sillón más cercano mientras espera a que Luan habrá la puerta.

Al momento de cruzar miradas, Luan mínimo ya la había asesinado cinco veces de cinco formas distintas. Una peor que la anterior.

- que haces aquí?.- inquiere Luan.

- aquí vivo.- contesta Lucy.

- no deberías estar en la escuela?.- habla Lincoln en un intento por ser mediador.

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