eres lo más valioso que tenemos

Lincoln... (verdad)

En aquella habitación adaptada, ya hacían un joven de cabello blanco y una adolescente rubia, la rubia estaba dispuesta a todo y el peli blanco, le invadía el escepticismo.

Miraba fijamente su pecho, era inevitable y el deseo prohibido se empezaba a apoderar de él. Le causaba curiosidad el verlos rebotar, su textura y por qué no?, También su sabor.

A palabras de él, eran perfectas, sin embargo, como si de un balde de agua fría se tratara, regreso a la realidad.

- Leni... Detente.- hablo recuperando el aliento y la compostura.

El rostro de Leni rápidamente cambio a uno de confusión y casi de inmediato a uno de culpa, rápidamente se levanto y por inercia trato de subir el cierre, cosa que no logro, mientras intentaba salir de la habitación, sin embargo alguien la sostuvo del brazo.

- Leni... Ayúdame.- dijo Lincoln entre lágrimas y súplicas.

A Leni le dolía ver a su hermano así, tan débil, tan frágil, tan roto, que por instinto lo abrazo cálidamente, a pesar de todavía no poder subir su cierre y que su cuerpo seguía semidesnudo, poco importaba eso ahora. Lincoln estaba sufriendo y ella lo sabía e intento aprovecharse de la situación cuando de un principio debía hacer lo correcto.

-... P-perdon... Perdón... Lo lamento mucho...- dijo Leni soltando lágrimas.

Lincoln al igual que Leni, no contuvo las lágrimas.

Eran cerca de las 5:30 de la mañana y ellos por fin se habían calmado. Lincoln le ayudo a subir su cierre.

- linc... Yo.- hablo Leni con arrepentimiento.

- está bien Leni... Eso no es lo importante ahora... Por favor... Nececito tu ayuda.- interrumpió con miedo.

-... De acuerdo.- dijo con seriedad.

- que está pasando?, Por qué tengo éstos sueños?, no PESADILLAS... son muy dolorosas....- hablo con pánico.

- no son sueños y quisiera que fueran pesadillas... Lo siento mucho Lincoln pero... Son recuerdos... Yo... Sabía que te harían sufrir... Y vine aquí con la intención de reconforte, pero... No de esa manera...- respondió con arrepentimiento.

Lincoln palideció de inmediato al escuchar esas palabras.

- de que hablas?

- linc... Alguna vez te has preguntado... Por qué nuestros padres tienen tantos hijos?

- ... Los documentos.- recordó cuando estaba en el sótano.

- exacto.

- pero... Yo creí.- habló con tristeza.

- que?, Que éramos familia?... Lo siento, pero no es así. - interrumpió con seriedad que ocultaba tristeza.

- entonces... Luan..., Lynn..., Lucy..., Lola..., Lana..., Lisa... Y tú... no, no, no, NO, NO, NO!!!. - alzaba la voz cada vez más y llevo sus manos sobre su cabeza.

- Lincoln, Lincoln... escúchame.- hablo con delicadeza y posó sus manos sobre sus mejillas haciendo que él la mirará.- el que me hayan adoptado... Fue lo mejor que me haya pasado en toda mi vida.- acariciaba suavemente y con ternura su rostro.- por qué... Conocí a gente extraordinaria que me enseñó que no todas las personas son malas... Pero lo más importante... Te conocí a tí.- empezó a lagrimiar.- tu iluminaste mi mundo otra vez... Tu me hiciste ver de nuevo aquellos colores que había perdido... Tú me hiciste ver la calidez de un abrazo... Me enseñaste nuevamente que es la gentileza y compasión... Tú me haces sentir llena... Tú me enseñaste lo que es amar otra vez.- esbozó una sonrisa mientras su rostro se llenaba de lágrimas.