Lola....

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Pasado...

Los párpados cansados y llenos de lagañas de Lincoln, comenzaban a abrirse con mucha dificultad. Lo primero que pudo ver, era una especie de tela fina de color blanco.

Movió la cabeza de izquierda a derecha con mucha dificultad, sin embargo, el cansancio y dolor, desapareció en cuanto notó que las paredes estaban del mismo color y estaban mucho más cerca.

Rápidamente, dedujo que se encontraba en una caja, quizás un ataúd. Entro en pánico y comenzó a respirar por la boca.

Cuando comenzó a moverse, algo encima de él se lo impedía. Agachó la cabeza como puedo y su pánico se disipó.

Miró la cabeza de Lucy, ella dormía en completa calma, le abrazaba fuertemente y con dulzura. Lincoln miraba la espalda de Lucy, subía y bajaba por su respiración y uno que otro ronquido salía de su boca.

Aquella belleza, lo tranquilizó a tal grado de querer dormir otra vez. Comenzó a acariciar su cabeza y enredo entre sus dedos unos cuantos de sus cabellos negros. Lentamente, cerraba los párpados y los volvía a abrir para no quedarse dormido, sin embargo, estos estaban muy pesados. Curiosamente, el lugar donde se recostaba, era muy suave y si sumamos el calor corporal de Lucy, muy acogedor.

Antes de caer preso del sueño, Lincoln escuchó ruidos fuera de los muros suaves. Cuando menos se lo espero, abrieron el ataúd y una luz cegadora les invadió.

Gritos de preocupación, frustración y varios de enojos, abundaron en sus oídos, tal escándalo hizo que Lincoln abriera los ojos de par en par y seguido de él, su hermana gótica.

Ambos no entendían que pasaba, pues acababan de despertar y necesitaban tiempo para regresar a sus sentidos.

Luego de algunas "aclaraciones" o mentiras, Lincoln regreso a su cuarto. Su día, si bien, no salió de casa, sentía que sería eterno. Mover cajas, caminar de aquí para allá y relatos desgarradores, consumían mucha energía.

Se recostó en su cama mirando la nada, el sueño seguía presente, sin embargo, la culpa era aún mayor.

Recordaba aquellos labios dulces de Lucy, la sometió contra el suelo para poder gozar aún más de sus labios. Su corazón necesitaba consuelo y Lucy se lo otorgó. No puso resistencia alguna, solo se dejó llevar por la experiencia de su hermano y gozó mucho más que Lincoln.

Cuando la respiración pudo más que el deseo, se separaron. Lincoln le cargó entré sus brazos y la llevo a su habitación. Lucy le besaba dónde podía durante el trayecto.

No hubo tiempo para alcanzar la cama, Lucy aplicó fuerza y le arrojó a su ataúd, se subió encima y continuo explorando su boca.

Cuando Lincoln sintió las manos frías de Lucy, recorrer su pecho por debajo de su camisa, el sentido común le abofeteo. Aunque si quería consuelo, debía tener límites por ser el mayor. Se separó de Lucy y le explicó que seguían siendo menores, está clase de cosas de por sí siendo hermanos están mal. Lucy no puso objeción, solo con sus labios le bastaba, por ahora.

Cerró el ataúd y disfrutaron de los labios del otro hasta que, debido a la falta de oxígeno, Lucy se desmayó, y seguido de ella, preso del cansancio, Lincoln se durmió.

- supongo que... Si Leni no se entera, no debería haber problema... Cierto?.- se dijo con culpa.

La puerta dejo escapar un leve rechinido, el cual le sorprendió y asustó.

A pesar de la oscuridad, Lincoln logró distinguir la sombra que entraba a su habitación. Cuando cerró la puerta, se metió entre las sábanas, acarició suavemente su rostro y le dió el más desesperado beso que han tenido hasta ahora.

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