Lana... (desesperación)

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Presente...

- no es justo, Lola y yo hemos echo mucho más trabajo que todas ustedes.- reclamaba Lana.

- las reglas están por una razón.- recalcó Lori quien conducía.

- al menos dennos una noche.- pedía Lola.

- ambas siguen en tiempo fuera, en especial tu.- respondió Leni.

Ambas niñas se cruzaron de brazos y desviaron la mirada. De la nada, sintieron un piquete en sus costillas, era Lincoln quien se sentaba entre ellas dos. Lincoln disimuladamente tomo las manos de ambas y la sujeto fuertemente y con cariño. Una vez más, desviaron la mirada pero está vez fue para que el albino no viera sus rostros rojizos.

Para su suerte, ellos tres iban en la parte trasera y nadie vio aquello, pues hacer eso frente a el resto podía ocasionar disturbios o algo peor.

Dada la localización de dicho concurso y la prisa que las chicas Loud tenían por regresar a casa, Lori no tuvo de otra que tomar un atajó, dicho atajó hizo que pasaran frente a una granja.

Lana podía ver esa granja abandonada en todo su esplendor, no decía ni una palabra, ni un sonido, ni un respiro. Ella solo se aferró a la mano de Lincoln mientras contenía sus ganas de llorar o de destrozar dicha granja.

Lincoln soltó la mano de Lana y ella se puso ansiosa, rápidamente giro la cabeza con angustia y temor. Por un momento creyó que esa granja de algún modo se había llevado el amor por el cual daría su vida; sin embargo, cuando vio los ojo de Lincoln, se tranquilizó y se enamoro mas al sentir la mano del albino en su mejilla, acariciándola con el pulgar con mucha ternura. Finalmente Lincoln con su tierna sonrisa dijo.- "Lana... Eres asombrosa".

Aquello hizo que el pecho de Lana saltará. Y sin pensar en las consecuencias que podría atraer, se abalanzó encima de Lincoln, enrollando sus extremidades sobre el pecho y abdomen de él. Respiraba por la boca pues la nariz no era suficiente y a pesar de su poderoso agarré, Lincoln sentía como todo el cuerpo de Lana temblaba. Frío, miedo o quizás... Deseo?

El resto no pudo evitar mirara aquella escena, sin embargo, tuvieron que tragarse esa frustración la ver aquella granja, de echo, nadie se oponía si Lola también se aferraba a Lincoln, cosa que hizo casi de inmediato.

- largo, es mi turno!.- reclamó Lana.

- cállate!.- respiraba igual que Lana.

- solo relájense... No me iré a ningún lado.- acarició los bellos cabellos dorados de ambas, calmandolas e inconscientemente, enamorandolas.

Lincoln miro la granja y unas inmensas náuseas y mareos se hicieron presentes. Tuvo que aguantar lo más que pudo para no preocupar a ninguna de sus hermanas. Todas sabían lo que ese lugar significaba para Lola y Lana, pero muy pocas sabían lo que Lincoln tuvo que hacer por ambas.

Pasado...

El tan anhelado día llegó, Lincoln hacía estiramientos mientras esperaba a su hermana fuera de casa junto a Charles.

Lana salió de casa con cara de pocos amigos y su frustración aumento cuando vio el optimismo que traía Lincoln.

- buenos días Lana.- dijo Lincoln bastante alegre.

- si, si, acabemos con esto.- le arrebató la correa de la mano y comenzó a caminar junto a su mascota.

El paseo comenzó y con él un silencio incómodo. Lincoln no sabía que pasaba, hasta donde el recordaba estaba en buenos términos con su hermana, además de salvarle la vida.

A mitad del paseó, luego de una agonía silenciosa, Lincoln se atrevió a preguntar que estaba pasando.

- oye Lana... Me estaba preguntando, por qué estás tan distante de todos?

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