Luan (jaja)

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Rojo... Naranja... Amarillo... carmesí...
Los ojos de una niña eran testigos fieles de un espectáculo llenos de luz e incandescente. A su lado, su fiel acompañante y querido hermano, sujetando fuertemente su mano y jurando jamás dejarla sola nunca más...

(Pasado)

Luan despierta, como todas las mañanas una lágrima cae por su mejilla sin razón aparente, pega el suspiro matutino recurrente y salta de la cama en un intento de escape de su propia mente traicionera.

- buenos días mundo!. - "exclama con entusiasmo y en poco tiempo su sonrisa típica adorna su rostro. Envia un mensaje a Benny, su actual novio deseándole buenos días y demasiados besos.

Cómo buena bromista, comienza su día instalando las trampas típicas para cada integrante de su familia, sin embargo, dese hace tiempo, algunas de ellas han estado fallando enormemente. Más bien, las han esquivando como profesionales, como si algunas de sus hermanas ya no fueran sus hermanas.
Lola mostraba una actitud muy ansiosa y alerta todo el tiempo, haciendo imposible sorprenderla. Lana tenía los sentidos el doble de desarrollados, esquivaba cada trampa que se le lanzaba. Lucy era un caso particular, parecía saber exactamente dónde estaban sus trampas y el modo de esquivarlos sin ninguna dificultad. Leni era más metódica, sabía el punto exacto para desactivar las trampas. En cuanto a Lincoln... Bueno, Leni, Lucy, Lola y Lana lo protegían.

En cuanto al resto de sus hermanas, todo andando y normal.

Luan ríe y se burla de sus hermanas como de costumbre, algunas la persiguen y otras gritan. Cómo de costumbre cuando es su turno de usar baño, deja que el agua fluya mientras su mente se pierde entre el vapor y las gotas, forjando una unión hasta lo más íntimos, como si el agua y ella fueran una sola persona.

Al salir, regresa su sonrisa. Esos eran los días de Luan, sonreír, hacer reír en público, guardar silencio y pensar sobre la vida en privado. Poco a poco sentía que esa continua batalla en su mente, la perdía un día a la vez y cada vez era más extensa y pesada, como si cargara con una roca que cada día se hace más grande.

Ya en su cuarto, lista para ir a la escuela, mira a su fiel muñeco cocos sentado en una silla. Aquel muñeco que desde que tenía memoria la había acompañado todos los días, siendo su confidente noche tras noche.

Alguien toca la puerta. - Luan? Soy Lincoln... Puedo pasar?

Luan pega un suspiro, da su mejor sonrisa y grita con entusiasmo.- el presidente Abraham Lincoln quiere entrar a mi habitación? Que honor!.- abre la puerta. - que desea presidente!. - hace una postura de militar, saludando erguida y con la mano en la frente.

-Luan... Podemos hablar?

- pues desde que tengo uso de razón sé hablar... Entonces yo creo que sí!. - Luan se ríe mientras deja pasar a Lincoln a su cuarto.

Lincoln entra a la habitacion y casi de inmediato su tono de piel cambia a uno casi blaquisio al ver a cocos sentado en una silla.

- que pasa calabaza!?. - Luan grita, sacando un susto a Lincoln.

Lincoln menea la cabeza en un intento por ignorar sus emociones, posteriormente golpea sus mejillas para verificar que siga en "la realidad"

Luan extrañada por el comportamiento de Lincoln intercede. - que sucede presidente? A caso Rusia logro instalar un chip en su cerebro?

Lincoln suspira. - Luan... Tengo que hablar seriamente contigo... - Lincoln toma asiento en el suelo para no quitarle la vista al muñeco.

- huy... Que seriedad? ... A quien asesinaste? Jajajaja.

Lincoln mira el suelo con culpa, pero no se da tiempo para reflexionar, rápidamente toma aire. - Luan... Quiero escucharte...

Luan extrañada cruza los brazos. - que quiere decir presidente? Algún secreto de estado? O algo...

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