eres lo más valioso que tenemos

Lana.... (débil)

Era temprano por la mañana y el peliblanco se despertaba con pereza, más bien, escucho su nombre una y otra vez. Abrió los ojos como pudo, hasta ver lo que parecía una melena de color dorado, seguido de una tiara.

- Lincoln... LINKY!...- le termino de despertar Lola, quien no lucía nada bien.

- Lola?, Que haces aquí?, Todavía es muy temprano para visitas... Está todo bien?

- no en realidad...- se tallo los ojos por la falta de sueño.

- te encuentras bien?, Parece que no has dormido en toda la noche.- preocupado.

- es porque así fué... Tengo... Miedo.- susurró.

- perdón, no te escuché.

- QUE TENGO MIEDO!!!.- sus manos temblaban.

- miedo?

- si, no sé cómo decirlo... Es como un presentimiento de que algo muy malo va a pasar en cuanto cierre los ojos.- se froto las manos con un pañuelo que tenía.- pero... Eso no importa, necesito tu ayuda para encontrar a Lana.

- todavía no aparece?.- alterado.

- no, justo ahora todos la están buscando en sus lugares favoritos, pero nada... Todo esto es mi culpa, no creí que le afectaría tanto, yo creí que solo sería un mal recuerdo...

- Lola, no sabías que iba a pasar, nadie podría...- reflexionó, recordando a Lisa.- dame treinta minutos para salir de aquí y buscaremos a Lana.- acarició la cabeza de su hermana con delicadeza y afecto, lo cual reconfortó un poco a Lola. Estaba apunto de salir de la habitación, sin embargo, se detuvo un momento.

- eres un gran hermano... De verdad lo lamento, yo te orille a contarme de Lana...

- Lola...

- déjame terminar... Debí ser una mejor hermana, alguien que se preocupa y entiende, que apoya a su familia sin importar que... Es gracioso, creó que tanto Lucy como Leni tienen suerte de tenerte más cerca de lo que ya estaban...

- detente, por favor... Lo que hago... No es correcto, por favor, no digas eso.

- podrá ser incorrecto, pero creeme, siento algo de envidia de Lucy y Leni. Tener a alguien dispuesto a arriesgar su cuerpo y mente para que no sufras, es algo fantástico...- sonrió con arrepentimiento antes de darse la vuelta.

Lincoln se quedó mirando la nada un momento, pensando en las últimas palabras de Lola. Alzó la cabeza con determinación y con una ligera dificultad en la entrepierna al levantarse, salió de la habitación.

Ambos hermanos, lograron salir del hospital sin llamar la atención, algo sencillo, pues siempre hay caos en las mañanas en los hospitales.

Durante el camino, Lola se tambalea de un lado a otro, el cansancio estaba a punto de vencerla, sin embargo, seguía peleando ante el terror de cerrar los ojos.

- LOLA!

- estoy bien...- logro aferrarse al pecho de Lincoln, antes de que las piernas dejarán de responderle.

- no, no lo estás, mírate, apenas puedes ponerte de pie...

- no quiero... Cerrar los ojos.- su voz se quedraba mientras sus ojos soltaban lágrimas de desesperación y terror.- lo siento, lo siento, lo siento... Juro que no te volver a hacer algo tan terrible.- suplico al intuir que ese miedo que sentía, era causa de todo lo que le hizo a Lincoln. - tengo mucho miedo... Por favor, ayúdame.- Lincoln sentia que todo el cuerpo de Lola temblaba, y si tuviera que apostar, creería que estaba apunto de orinar del pánico y el horror.