Capítulo XIX

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Capítulo XIX

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Capítulo XIX

Bucky no dijo nada cuando vio a Natasha aparecer en la sala usando nada más que una bata de baño y una chaqueta de Steve encima. Desde que ella se convirtiera en la jefa de la familia, había dejado de verla sólo como su amiga/hermana y el mismo respeto que antes Alian Romanoff despertaba en él se había transferido a la espigada figura de la pelirroja. Se despidió de Steve con un gesto y la siguió en silencio escaleras abajo. Con la misma actitud casi autómata, abrió la puerta del auto aun sin decir palabra y la dejó acomodarse antes de cerrar tras ella. Fue en ese momento cuando se dio cuenta de que algo no estaba del todo bien. Natasha era una mujer enérgica y decidida y eso se transparentaba incluso en la manera en la que movía, siempre grácil y fluida, como un gato.

Pero, en esos instantes, la muchacha parecía llevar el peso del mundo en los hombros y se movía muy lento, como si algo doliera. La curiosidad picaba en su cabeza, pero, sabía que debía moverse con cuidado: si le hacía ver que notaba su debilidad, ella sólo se refugiaría en el silencio como siempre hacía y, si ignoraba lo que veía, podría estar pasando por alto algo importante, de modo que se decidió a averiguar lo que pasaba del modo más natural posible. Así y sólo así, obtendría lo que quería sin asustarla. Cuando se sentó a su lado, en el asiento del piloto que se obligó a lucir más relajado de lo que se sentía y se giró hacia ella para mirarla, interrogante.

─ ¿Me lo dirás voluntariamente lo que pasó o tendré que sacártelo a besos? ─ preguntó encendiendo el motor y alejándose del edificio que Natasha volteó a mirar con gesto ausente. Sus palabras, sin embargo, la sacaron de su mutismo y se giró hacia él con una sonrisa irónica.

─ Como si fueses a tener tanta suerte, Bucky Barnes...─ respondió, mirando hacia el frente mientras se arrebujaba en la tela afranelada de la bata, sintiendo aún el dolor en sus muslos. Hizo un gesto de incomodidad y Bucky alzó una ceja, interrogante.

─ ¿Entonces? ─ volvió a preguntar y Natasha suspiró, hundiéndose en el asiento, aún sin decir nada─ ¿Pasaste la noche con Steve?

─ Sí, pero, no es lo que crees...─ respondió, mirando hacia afuera por la ventana, reconociendo el bar donde había estado la noche anterior. Un escalofrío le recorrió la espalda al ver el pequeño callejón y se hundió más en el asiento, temblando por dentro.

Ante lo escueto de sus palabras, Bucky contuvo un suspiro y presionó un poco más, intentando sonar completamente neutral.

─ Wanda me llamó eufórica diciendo que ustedes habían vuelto a estar juntos...─ comentó, esperando que eso llamara su atención.

La verdad era que la noche anterior la había pasado en vela, sin saber qué hacer, a quién llamar, donde buscarla. Clint estaba hecho un desastre y no había dejado su cuarto y él no tenía los contactos de los lugartenientes para comunicarse por sí mismo con los hombres de Natasha. El que manejaba esa información era su padre y pedirle la información equivaldría a tener que soltarle una verdad que estaba seguro que Natasha no quería que nadie supiera. No aún, al menos. Así que se quedó en su departamento, paseándose de un lado a otro, inquieto e impotente hasta que recibió la alborozada llamada de su novia y el alma le volvió al cuerpo. Steve era un cabrón estirado, pero, quería sinceramente a Natasha y saber que estaba con él lo tranquilizó. Al menos hasta que la vio y supo que nada estaba bien.

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