Capítulo final

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Primero que nada, muchas gracias a todos, todas, todes, todis y todus por compartir conmigo esta aventura. Me tardé un año en terminarla, pero, por fin lo he logrado... espero que lo hayan disfrutado tanto como yo. Y, de nuevo, gracias por todo. 

Gracias totales. 

Capítulo final

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Capítulo final

Tres semanas después de resultar herido, Steve fue dado de alta. Pese a su reticencia y a su mal humor, Bucky arrastró su silla de ruedas alegremente hasta la salida mientras se despedía de las enfermeras, médicos y cuanto auxiliar de servicio se le cruzó en el camino. Durante su estadía en el hospital, el chico lo visitó cada día, llevándole comida a escondidas y un par de libros subidos de tono que aún lo hacían sonrojar cuando recordaba las cosas que alguien había tenido el valor de escribir sobre un lagarto y una chica perdida en un planeta extraño. El castaño se había ganado la simpatía del personal médico y, ya que todos sabían que era novio de una de las internas, lo dejaban husmear por aquí y por allá, alegrando a todo el mundo con sus chistes y su sonrisa fácil. Al verlo así, Steve no podía evitar preguntarse quién sería el verdadero Bucky: ¿era el muchacho alegre y de carácter afable que solía molestarlo con sus bromas? ¿o era el hombre de confianza de Natasha, el de los ojos fríos, gatillo fácil y mente aguda como un cuchillo?

─ Si piensas demasiado se te caerá el cabello, primo Steve...─ le dijo de pronto, como si supiera en lo que pensaba. El policía alzó la mirada hacia él y Bucky le dedicó una sonrisa de medio lado que, sin que pudiera evitarlo, tiró los hilos de la suya.

─ Eres un grano en el culo, ¿te lo he dicho alguna vez? ─ preguntó y el otro soltó una risita, mientras empujaba la silla tranquilamente.

─ Yo también te quiero...

En casa, su madre lo esperaba ansiosa y Wanda había acomodado su cuarto, preparando todo para su llegada. Sarah le había ofrecido que pasara el resto de su convalecencia con ellas, pero Steve se negó. No quería darles problemas ni ser una molestia y, pese a que aún tenía un par de semanas de descanso por delante antes de volver al trabajo, había mucho que hacer: aún quedaban cosas que resolver, ciclos que cerrar y detalles que revisar. Eran cosas peligrosas, cosas que podían costarle no sólo el trabajo y la libertad, sino, literalmente, su vida. Cosas que ni su madre ni Wanda debían presenciar... ni enterarse jamás. Natasha, con el estómago convertido en un nido de mariposas, acomodaba las flores que llevó en el jarrón del salón cuando Bucky abrió la puerta dramáticamente, enseñándoles a un pálido y aún débil, pero sonriente Steve como si se tratara de un trofeo. Natasha y él cruzaron una mirada y ambos sonrieron, cómplices. La muchacha hizo el amago de acercarse a él, pero, al ver los ojos llorosos de la mayor, decidió esperar su turno.

─ ¡Traje a tu hijo, Sarah! Y en una sola pieza, ¿no me merezco un beso? ─ preguntó, cargando los bolsos sobre un hombro mientras Steve rodaba los ojos y se dejaba caer muy lentamente en su sofá.

Opposite AttractsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora