Capítulo XXXI
Natasha acarició la mano de Steve sobre las sábanas y dejó escapar un lento suspiro. Estaba cansada, tanto física como emocionalmente. Los médicos dijeron que la bala había dañado la artería renal y estuvieron a punto de perderlo a causa de la pérdida de sangre. Afortunadamente, tras casi trece horas de cirugía y muchas transfusiones de sangre estaba estable dentro de su gravedad y se esperaba que reaccionara positivamente de un momento a otro. Y aún así, Natasha estaba muerta de miedo. No se había movido de su lado desde el momento en el que lo trasladaron desde el postoperatorio a una habitación privada. Ya le había fallado antes cuando él le rogó que no lo hiciera a un lado, pero no le fallaría ahora, que él más la necesitaba. Durante aquellas horas de incertidumbre, conoció a Sarah Rogers, quien arribó al hospital vuelta un mar de lágrimas y se había arrojado a los brazos de su sobrina, exigiéndole respuestas y pidiendo a gritos poder ver a su hijo.
El jefe de Steve, Nick Fury la sostuvo y la llevó con los médicos, dejando a las amigas solas en la sala de espera.
─ Él estará bien, ¿verdad? ─ preguntó Natasha con un hilo de voz y la mirada fija en las puertas de cristal por donde se había perdido Fury junto a la madre de Steve.
─ No lo sé...─ respondió Wanda, también con los ojos puestos en las puertas. De pronto la chica sollozó, ya sin poder contenerse y se giró hacia su mejor amiga, abrazándose a ella como si se tratara de una tabla de salvación.
Natasha no se sentía con ánimos ni fuerzas de contener a nadie, pero, la tibieza del abrazo de su amiga rompió su coraza y terminó llorando también, aferrándose a ella en busca de un consuelo que no podía ofrecerle. Así las encontró Bucky, cuando llegó al hospital una hora después. La pelirroja le había pedido que vigilara que Clint estuviera bien y a salvo y que sólo fuera a su encuentro cuando estuviera seguro de que él estaba fuera de peligro. El muchacho se acercó a ellas y Wanda de inmediato se arrojó a sus brazos, escondiendo el rostro en su cuello mientras él murmuraba palabras de consuelo. Sin soltarla, alargó una mano hacia Natasha y esta la sostuvo, dejándose jalar por él. El castaño se sentó en aquella incómoda sala de espera y mantuvo a ambas chicas junto a él, rodeándolas cariñosamente con sus brazos, intentando transmitirles algo de seguridad.
Cuando Sarah reapareció en la sala de espera, Wanda se puso de pie y se acercó de inmediato a ella, pidiéndole información sobre el estado de su primo. La mayor le explicó escuetamente que su diagnóstico era reservado, pero que estaban seguros de que lo someterían a una cirugía lo más pronto posible. La muchacha pareció más tranquila y entonces, Sarah se volteó hacia Bucky y Natasha, observando a esta última con gran atención. El castaño se puso de pie y fue abrazarla, ofreciéndole su apoyo silencioso. La mujer le agradeció con una sonrisa y luego se apartó de ellos, caminando hacia la pelirroja y dedicándole una pequeña sonrisa triste.
─ Tú eres Natasha, ¿verdad? ─ preguntó y ella asintió, poniéndose de pie para extenderle una mano a modo de saludo. Sarah detalló sus ojos enrojecidos por el llanto, su rostro inflamado y la tristeza de su mirada y en lugar de coger su mano, la abrazó cálidamente─ Siento mucho que tengamos que conocernos en estas circunstancias...
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Opposite Attracts
Fanfiction¿Qué pasa si tus amigos están desesperados por conseguirte pareja y te juntan con la persona menos indicada? ¿Importan las etiquetas cuando el amor es verdadero?