𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎𝟏: 𝐄𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐭𝐫𝐚𝐛𝐚𝐣𝐨.

719 55 26
                                    

Al ser una Smiling Critters mis objetivos eran bastantes claros y concisos: en primer lugar, estar con los niños, en segundo, nunca abandonarlos y tercero, intentar convertirlos en la mejor versión de sí mismos mediante lo que ellos puedan aprender de mí.
"Representar e inculcar la belleza arte y la creatividad en los pequeños científicos" Esa era mi labor, mi razón de existir, mi meta. Ser una especie de motivadora cuando un niño se sentía inseguro de su propia creatividad y una fuente de información cuando este mismo necesitaba saber algo sobre el fantástico y complejo mundo del arte. No obstante, ¿en qué momento todo se había vuelto tan engorroso?

—¡Mami! —exclamó un pequeño niño en voz alta, saltando a mis brazos para después acurrucarse en mi pecho, específicamente, en mi pelaje.

Maternidad, algo que jamás mis superiores me habían inculcado o intentado prevenir.

La mayoría de nosotros fuimos diseñados para ser exclusivamente algo y ese algo era todo lo que teníamos que ser, ninguno debía ocupar o intentar acaparar el rol de otro compañero, en este caso, ser otra Mommy. La señora Mommy Long Legs junto a su esposo eran los padres de la guardería y de los niños, eso significaba que eran los adecuados para cumplir el rol de ser los encargados de los infantes y de todas sus necesidades.

—Yo no- —las palabras se amontonaron en mi boca. Mi cerebro, confundido por la repentina situación se congeló en el acto y por un momento sentí como un ligero escalofrío recorría mi espalda hasta mi nuca.

Ante la palabra del niño y como si esta fuera una especie de alarma, logró captar la atención de los niños que estaban más cerca de nosotros y, para mi pésima suerte, el niño que cargaba en brazos y los que empezaban acercarse poco a poco eran los niños de CatNap, el rey y dueño de Home Sweet Home.

—¿Mami? —preguntó una pequeña niña que portaba varios accesorios de color morado, un clásico distintivo de su Smiling Critters favorito.

—Yo- —estaba a punto de enmendar mi error y buscar las palabras más adecuadas para hacerles entender a los niños morados que no era su madre ni mucho menos hasta que de la puerta de Home Sweet Home apareció CatNap en su clásica posición de cuatro patas, acompañado de todos sus minis seguidores.

CatNap, tan espeluznante y extraño como siempre, solo se quedó expectante, observando con detenimiento la escena frente a sus ojos.

—H-hola CatNap —intenté saludar, fingiendo naturalidad y confianza en mis propias acciones. Desgraciadamente, mi timidez e inseguridad sabotearon mi voz, causando así mi tan característico tartamudeo.

CatNap no respondió, ni siquiera hizo el más mínimo movimiento. Sin embargo, esta vez sus ojos no estaban enfocados en mi sino en el pequeño niño que llevaba en brazos.

—Oh claro. —susurré con miedo, agachándome para que el niño pudiera estar más cerca del suelo y de una vez por todas pudiera separarse de mi cuerpo -Vamos pequeño- estoy segurísima de que CatNap quiere que vayas con él -insistí moviendo mis brazos ligeramente de arriba a abajo.

El mini seguidor de CatNap me observó por unos segundos, luego enfocó su atención en el guardián de la guardería. Por unos segundos, sus ojos vagaron por el lugar como si estuviera ideando o pensando en algo.

—¡Tengo una idea, chicos! —exclamó con alegría el niño, moviendo sus brazos hacía arriba eufóricamente.

El niño, mediante movimientos energéticos y acelerados se separó de mí, volviendo a llamar la atención de todos sus compatriotas morados y, como era de esperar, todos estos le siguieron hasta adentro de la casita, corriendo debajo de CatNap e ingresando al lugar, perdiéndose entre la tenue luz.

Volví a enderezar mi postura o al menos. De manera inconsciente mi pata se colocó en mi brazo, acariciándolo de forma suave y constante, intentando aliviar mis miedos frente a la figura de mi aterrador e intimidante compañero.

—¡Adiós, CatNap! —me despedí con un rápido asentimiento de cabeza para después darme vuelta y correr hacía la pequeña piscina de la guardería, un lugar que solía ser compartido y visitado constantemente por mis otros compañeros, en especial nuestro líder, DogDay.

—Si no lo veo no existe, si no lo veo no existe y, antes que nada, no está detrás de mí —murmure reiteradas veces intentando calmarme, sintiéndome incapaz de mirar hacia atrás. Mi propia imaginación comenzaba a jugarme jugarretas con escenarios donde CatNap, de un gran salto, me atrapaba y me arrastraba hacía su guarida.

Hoy algo era seguro, por un buen rato ni siquiera estaría cerca de Home Sweet Home, es más, me sentía capaz de aferrarme a la pierna de DogDay y estar entre sus piernas todo el santo día.

🌈🌙🌈🌙🌈🌙

🌙Me gustaría informar que en esta historia se practican diversos narradores desde distintos puntos de vista :D
🌙 ¡Y recuerden! Aunque no lo parezca, los votos y, sobre todo, los comentarios, son esenciales para que la historia pueda seguir obteniendo sus actualizaciones ♥︎
🌙Si no es mucho pedir, me gustaría saber sus opiniones respecto a los capítulos, por consecuente, también acepto con los brazos abiertos las críticas. 

Solo un inocente juego, CatNap ✿ Catnap/craftycornDonde viven las historias. Descúbrelo ahora