—¿Cómo lo harás? —preguntó Carmilla.
Viktor apenas prestaba atención a su amiga mientras tenía la mirada fija en el televisor de la habitación de hotel. En la pantalla, un absurdo programa mostraba a humanos luchando por sobrevivir desnudos en una isla desierta.
—¿De qué hablas? —respondió con otra interrogante, distraído por el romance que empezaba a surgir entre dos de los participantes.
Carmilla exhaló con pesadez y, de repente, se acercó para apagar la pantalla, tomando por sorpresa a Viktor.
—¡Eh! —protestó—. ¡Estaba viendo eso!
—¿Y cómo te ayudará esa basura en tu situación actual? —Cruzó los brazos.
Viktor arqueó una ceja, reflexionando sobre la pregunta.
—¿Quizás analizando la vulnerabilidad humana en su máxima expresión? —ofreció una respuesta poco convincente—. O algo por el estilo.
—Eres un idiota, Viktor —reprendió con un tono casi maternal. A menudo se preguntaba si ella había sido alguna vez una hermana mayor o incluso una madre antes de convertirse en vampira—. ¿No se supone que debes protegerlo?
—Solo era una excusa para pasar tiempo con él —justificó con un gesto desdeñoso de la mano—. Además, está durmiendo ahora. No corre ningún peligro.
—Eso crees tú y, por cierto, tus creencias suelen ser erróneas.
—Ya, de acuerdo. —Se levantó de la cama y suspiró—. ¿Qué te tiene tan tensa?
—Lo mismo que debería tenerte tenso a ti —aclaró—. ¿Qué diablos vas a hacer respecto a Dorian? Te quedan veintitantos días...
—Veinticuatro —interrumpió.
—¡Veinticuatro días para conquistar a un humano que jura no creer en el amor!
Viktor soltó una carcajada ante el tono exagerado de Carmilla y se acercó para poner sus manos en sus hombros.
—Tranquilízate, no es...
Fue interrumpido por gritos repentinos y chillidos estridentes que atravesaron las paredes del cuarto de Carmilla. Viktor se giró hacia ella, tenso y en guardia, al sonar similares a los quejidos de un Nosferatu.
Pero Carmilla solo rodó los ojos y sacudió la cabeza.
—Ignóralo, es la maldita bruja de al lado haciendo sus rituales. Otra vez.
—¿Tu vecina de cuarto es una bruja?
—Qué desdicha, ¿verdad? —Suspiró y se apartó del agarre de Viktor para sentarse al borde de la cama—. Pero no cambies de tema. De verdad quiero saber cuál es tu estrategia con Dorian.
Viktor se dejó caer de espaldas junto a ella y estiró los brazos sobre su cabeza.
—Aplicaré mi estrategia de siempre —contestó—. Ya sabes, unas cuantas palabras dulces por aquí, unos detalles cursis e insignificantes por allá, un toque de sensualidad aquí y allá, y Dorian caerá rendido a mis pies como todos los humanos anteriores a él.
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Vampire Kiss
Vampire¿Cómo puede un vampiro enamorar a un humano que no cree en el amor en tan solo veinticinco días? Los vampiros son monstruos condenados, y la única manera de conservar su humanidad y no convertirse en bestias sanguinarias es a través del amor. Viktor...