Capítulo 25: Honor

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1

Tezcatlipoca sujetaba firmemente su mano derecha deteniendo la hemorragia, ya se había transformado completamente en un jaguar cuando miró su mano y vio que la había perdido. Ante esto, el dios dio un rugido ensordecedor de furia, miró al humano levantarse empuñando lo que quedaba su espada y corrió hacia él, haciendo que, con cada paso que daba temblara el piso. Increíblemente, Gengis Kan se mantenía firme y no caía.
Tezcatlipoca dio un gran salto abalanzándose sobre él con una mirada asesina.
En ese momento a los dioses se les heló la sangre al ver el aspecto de Tezcatlipoca, sabían que podía adoptar esa forma pero aún así, su apariencia y su poder los estremeció y les quitó el aliento.

2

Geir se aferraba con fuerza al escritorio cuando vio que el techo empezó a cuartearse y a dejar caer polvo de él. La imagen de su monitor se empezó a distorsionarse para después apagarse por completo. Asustada, salió de la sala tambaleándose, escuchó un grito ensordecedor de Gengis Kan y de Tezcatlipoca a lo lejos y con él vino un terremoto que la tiró al suelo el cuál se estaba partiendo. 
- ¡Maldición...! -exclamó Tezcatlipoca tratando de mantenerse de pie.
- ¡Ahora sí ya se convirtió en nahual! -gritó Amón al sentir el terremoto. 
- ¡Va a derrumbar el coliseo! -contestó aterrada Isis mientras mantenía firme la camilla de Seth- ¡Tenemos que hacer algo!
Amón e Isis se acercaron a las paredes y pusieron sus palmas sobre ellas con mucho esfuerzo. Comenzaron a usar su poder sobre toda la estructura para que este no cayera en pedazos al igual que lo hicieron otros dioses. 

3

- Tal vez no pueda conquistar a los dioses... ¡PERO AL MENOS MORIRÉ PELEANDO, CON HONOR HASTA EL FINAL! -exclamó Gengis Kan tambaleándose.
Tezcatlipoca estaba por los aires a punto de caer sobre el conquistador cuando Gengis Kan pronunció sus últimas palabras.
"Es impresionante, el humano... Aún en ese estado alza su espada contra mí sin temor a la muerte... Es un verdadero guerrero."
 Ambos dieron un fuerte y sonoro grito de guerra, el de Gengis Kan fue fuerte pero el de Tezcatlipoca provocó un terremoto en el coliseo que rompió el suelo, partió las paredes y los techos de todo el lugar. Los humanos entraron en pánico, se abrazaron entre ellos tratando de sostenerse y de no ser por la intervención de los dioses al usar su poder para que el coliseo no se derrumbara habrían muerto. Sin duda, los dioses conocían el poder de Tezcatlipoca pero aún así se quedaron sin aliento al verlo en acción. 

4

El terremoto sacudió todo el coliseo y provocó que todos los humanos y las valquirias que faltaban por participar en el Ragnarok, al igual que Hua Mulán, salieran de sus salas despavoridos por temor a que el edificio les cayera encima, aún así, cayeron al suelo. Los humanos que estaban en prisión también querían escapar, sin embargo, no podían hacerlo. Afortunadamente no hubo ningún herido.

5

La adrenalina corría por el cuerpo de Gengis Kan, nunca se había sentido tan vivo y se sintió orgulloso de su vida entera así como de su último combate.
Finalmente Gengis Kan cayó al suelo por causa del terremoto, pero eso no impidió que con sus últimas fuerzas apuñalara a Tezcatlipoca en el pecho. Por su parte, con sus afiladas y grandes garras, Tezcatlipoca atravesó la armadura del conquistador y enterró su pata en su pecho llegando al corazón del conquistador.
Cuando Tezcatlipoca cayó al suelo con Gengis Kan, el suelo dio un último retumbar que hizo saltar a todos. El dios cargó al conquistador con su mano metida en el pecho.
Jadeando, el dios se miró su propio pecho y vio lo que quedaba de la espada del humano enterrada en él. Por su parte, Gengis Kan comenzaba a convertirse en polvo desde los pies.
- Aún sabiendo que ibas  a morir, no dejaste de pelear... Incluso lograste herirme... -dijo con seriedad sin sacar la pata del pecho del conquistador- Haz pelado con grandeza a pesar de ser un repugnante conquistador... Yo te reconozco como un gran guerrero, Gengis Kan.
Gengis Kan esbozó una última sonrisa y Tezcatlipoca lo miró con orgullo. 
Todos los espectadores se mantenían en silencio ante la escena que presenciaban, pero fue interrumpido por el grito del padre del conquistador.
- ¡NOOOO! ¡HIJO!
Tezcatlipoca escuchó el grito de desesperación en las gradas y para cesar el sufrimiento de su oponente, le arrancó el corazón provocando más gritos por parte del padre y de la humanidad horrorizada.
Para cuando el dios contempló por unos segundos el corazón del conquistador, Gengis Kan ya se había convertido en polvo, esfumándose de la faz de la existencia. 

Shuumatsu No Valkyrie 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora