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El horrible e insoportable aullido de los profundos acalló toda la arena del Valhalla, los espectadores miraban asombrados, quedaron perplejos al presenciar la existencia y surgimiento de tales criaturas horripilantes y deformes. Una de ellas tomó el pie de Amón mientras emanaba lentamente del suelo, ante esto, la deidad dio un paso atrás y con su báculo cortó la mano que lo retenía, un insonoro rugido surgió del agua junto con burbujas seguido por el profundo que se posó delante del dios aspirando violentamente.
Amón ni se inmutó ante el atemorizante aspecto del pez que lo miraba con ambos ojos vidriosos llenos de furia y hambre. Con un rugido el profundo de dos metros dejó ver sus largas filas de pequeños pero afilados dientes e intentó golpear al dios con la mano, Amón reaccionó algo lento, sin embargo, pudo romper la extremidad de la criatura dejando ver cómo su hueso atravesaba su carne y brotaba la sangre.
Amón giró su báculo dándole un fuerte golpe en el rostro al monstruo mandándolo a volar unos cuantos metros.
Las criaturas de las profundidades, al ver esto aullaron al unísono y se abalanzaron sobre Amón quien los esperaba con báculo en mano. Un profundo lo atacó por detrás, sin embargo Amón se defendió a tiempo, de un fuerte codazo lo tiró al suelo dónde se hundió hasta el fondo.
Abriendo sus enormes fauces un segundo hombre-pez se lanzó sobre el dios con intentenciones de devorar su cabeza; Amón, logró trabar su báculo en la quijada del monstruo para después asestarle un fuerte rodillazo que lo alzó por los aires. El profundo le bloqueaba la vista pero al este ser alejado pudo divisar cómo una horda de más de quince monstruos venían hacia él, algunos corriendo sobre sus dos piernas, otros siendo totalmente cuadrúpedos al correr.
Amón corrió de frente a la horda sin ningún tipo de temor y atravesó con su báculo a dos hombres-pez cual brocheta fueran, aún con sus dos víctimas levantó su báculo y golpeó a seis profundos más, no obstante un profundo más astuto se escabulló entre los otros y se lanzó sobre la espalda de la deidad y procedió a arañarle el pecho así como a morderle el cuello.
Amón gritó iracundo y los demás profundos aprovecharon la apertura para someterlo entre todos.
Amón estaba rodeado, estaba sometido y sentía cada una de las mordidas ardientes de los peces, intentaba esconder su dolor sin mucho éxito, gimoteaba y trataba de moverse, no obstante los hombres-pez comenzaron a emitir un extraño sonido, un sonido hipnotizante. Extrañado, Amón dejó de sentir el ardor de las mordidas, levantó la vista al frente y se percató de que Lovecraft manipulaba su libro y sin quitarle su inquietante mirada extraña y cansada recitaba unas inentendibles palabras.
Lentamente Amón fue cediendo ante los profundos al mismo tiempo que detrás del escritor logró divisar cómo del agua surgía una gigantesca criatura con cuerpo de dragón y cabeza de pulpo que alcanzó a tapar la luz solar.
El entorno de Amón cambió, ya no estaba en la arena del Valhalla, se encontraba justo en el medio de un incendio, olía a pasto quemado y a sangre. No estaba ni más ni menos que en los Campos Elíseos, donde todas las flores y los bellos jardines habían perecido, los animales mitológicos que quedaban en todo el universo habían muerto de una forma cruel: algunos de los unicornios se habían clavado sus cuernos los unos a los otros mientras que parecía que los pegasos habían caído de una increíble altura al volar quedando completamente inmóviles sobre el ahora negro suelo. Todo lo que podía ver Amón no era más que muerte y destrucción pero había algo o quizá alguien que sobresalía de entre toda esa desolación, una criatura, un monstruo de un tamaño colosal se erguía en el centro de los Elíseos, El dios de nombre impronunciable, El Dragón, El Amo De Los Profundos: Cthulhu caminaba estoicamente directamente hacia el y lo miraba directamente con sus inexpresivos ojos amarillentos. Amón lo miró a los ojos y la palabra que directamente nació de su mente fue suicidio.
"HAZLO" le ordenó el dragón con una gruesa y siniestra voz.
Amón por instante consideró hacerlo, "Después de todo, cualquier cosa es mejor que esto." Pensó. Lentamente Amón comenzó a relajar todos sus músculos cediendo así a la muerte misma a manos de los hombres pez y del imponente Cthulhu, pero algo lo detuvo.
Dio una última mirada a su alrededor y pudo ver cómo los cadáveres de los demás dioses lo miraban con expresiones de burla. Pudo escuchar sus risas y sus mofas al verlo aceptar el toque de aquel de quien nadie puede escapar.
Colmado de ira Amón retomó todas sus fuerzas y gritó "¡NO!" generando una onda de expansión radioactiva que no solo deshizo la ilusión del dragón sino que debilitó a los profundos y le permitió atravesar sus cuerpos únicamente con sus manos.
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Shuumatsu No Valkyrie 2
FanficYa han pasado mil años desde el primer enfrentamiento directo contra los humanos y una vez más los dioses quieren extinguir a la raza humana. Afortunadamente es gracias a Geir la valquiria, que deciden volver a enfrentarse a los humanos. En esta oca...