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Manuel bajo las escaleras pausadamente, aún tenía dudas sobre lo descrito en el cuaderno, era cierto lo de su memoria y la necesidad que sentía su cuerpo por encontrar a Alice, pero pensar que se debía a algo como una hipnosis y el encontrar a la chica le seria peligroso era algo que simplemente no podía creer. También estaba el tema de Martín, él pudo haber plantado el cuaderno de señuelo y haberlo raptado en su casa inventando que Manuel había ido por opción propia, después de todo, era sospechoso cuanto era nombrado y cuan bien se hablaba de él en las paginas, incluso llegaba a tener más menciones que la propia Alice.

Ya en el último escalón Manuel estaba decidido a volver con la británica, sentía un tipo de abstinencia que parecía consumirlo desde dentro. Él prefirió llamarlo "extrañarla demasiado". Cruzo hacía la puerta, tomó la perilla y la giro.

-¿Manu donde vas?

Un dolor de cabeza golpeó a Manuel en cuanto la voz llegó a sus oídos, tambaleó un poco, Martín corrio a sostenerlo.

-¿¡Manu!? ¿¡Manuel!?-

Manuel se enderezó, la necesidad incontrolable de querer ver a Alice se había apasiguado hasta ser controlable, las manos que lo sostenían le hacían sentir cálido. Elevó la mirada hacia los ojos preocupados que lo veian, eran brillantes, se podía ver reflejado en ellos de los claros que estaban, ese reflejo se le hacía mucho más familiar que el del espejo.

-¿¡Manu!? - en el chileno apareció una pequeña sonrisa siguiéndola por una risa suave, Martín suspiro aliviado de ver que Manuel volvía en sí- No me asustes así boludo, casi se me para el corazón- las palabras y la mirada que le dedicaba el argentino se sentían bien, ahora entendia lo escrito en el cuaderno a la perfección, Martín era digno de toda su confianza.

-¿Niños... Qué hacen?- Antonio llevaba una bandeja con panes y frutas hacia la mesa, pero los repentinos gritos de Martín lo habían alertado- ¿Pasa algo...?

- ¡Nada tío!- se apresuró el castaño- Gracias por dejar que me quede- Antonio sonrió y continuó su camino, Manuel tomó la mano de Martín y siguió al español. El rubio intentó ocultar el pequeño sonrojo que eso le proboco.

Comieron animadamente entre ellos tres, puesto que Lovino se había ido temprano a trabajar. Aunque en un inicio Martín se mostró renuente a compartir palabra con su padre, como era de costumbre, terminó de todas formas envuelto en la conversación gracias al chileno.

-Me alegra que vuelvan a juntarse ustedes dos-dijo el español mayormente para sí mismo. Manuel dejó su taza un momento y pensativo miró a Martín, el cual le devolvió la mirada, sin entender bien que pasaba por su cabeza, solo se limito a sonreírle. Esto pareció darle ánimos al castaño a hablar.

-¿Usted sabe porque nos dejamos de juntar?

Manuel no recordaba nada de sí mismo o de lo que lo rodeaba, aún así el rubio le generaba una sensación de calidez de hogar inata que le hacía querer estar junto a él, por otro lado el contrario no parecía sentirse agobiado con su presencia, por lo que no llegaba a entender las líneas en el cuaderno que le revelaban la nula conexión que había entre ellos. Necesitaba saber que había pasado.

-¿Qué-qué pregunta es esa chico?- Antonio bebió de su café notoriamente nervioso, Manuel se inclino un poco más hacia él apoyando sus codos en la mesa

-Por fa, sé que suena raro pero si sabe puede decirlo?- Antonio soltó una risa nerviosa, murmuró algo sobre que se iba a quemar el pan y se intentó parar de la mesa pero antes de hacerlo Manuel se levantó haciendo sonar la silla- Cualquier cosa que sepa esta bien ¿Algo pasó? ¿Martín le dijo algo? ¿Escucho algo en ese tiempo que fuera raro?- las preguntas ansiosas del chileno salian una más deprisa que la otra, un dolor de cabeza brotó al insistir pero no le importo, algo en su interior decía que esto debía de ser importante- ¿Se comportó de manera diferente? ¿Cuando fue que sucedió? ¿Lo supo de inmediato o con él tiempo? ¿Antes de eso como era? ¿Nos veíamos seguido? ¿Qué haciamos? ¿Acaso...

-Chico yo... - las manos de Antonio temblaban, bajo su mirada- yo en ese tiempo-

-Manu pará.

La voz del argentino fue tan clara y seria que Manuel callo, la mirada del argentino se veía algo triste pero al mismo tiempo enojada y decidida, la mantenía fija en su puño sobre la mesa que al principio tenso se iba relajado poco a poco, soltó un suspiro y miró a Antonio un segundo.

-Él no sabe nada de esa época, el no estuvo ahí.

Manuel se sento, no quería haber tocado ese tipo de herida, no queria ver a Martín triste, el dolor en su cabeza aumentó. Martín se giro hacia Manuel y le dedico una sonrisa algo forzada, el dolor en su cabeza se volvió insoportable y al mismo tiempo algo pareció apretar su corazón, se encogió en sí mismo apretando su cabeza contra sus manos.

-¿Manu?- Martín se acercó a Manuel preocupado sin embargo el castaño rápidamente lo alejo levantando su brazo hacia él obligándolo a mantener la distancia.

-Estoy bien-

Seguía encorvado tapándose con la otra mano el rostro, Antonio corrio a la habitación a buscar un botiquín que tuviera algo que les fuera de ayuda.

Martín solo pudo apretar los labios de frustración mientras el braso del chico, aunque temblando, no se movía en señal de quererlo dejarse acercar.

En Trance [ArgChi] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora