El ascensor abrió sus puertas en el séptimo piso revelando un espacioso ambiente de tonalidades blancas y beige en el centro estaban mesas circulares y sillas las cuales eran ocupadas por grupos muy pequeños de personas, todo siendo monitoreado por enfermeras que conversaban entre si manteniendo un ojo de vez en cuando cuando una voz se alzaba entre el bullicio, mientras que en las murallas puertas del mismo tono que la pared eran abiertas de vez en cuando dejando pasar personal del lugar. Todo era bien iluminado gracias a un techo de vidrio y era constantemente refrescado con aires acondicionados que apenas si producían ruido.
Martin salió del ascensor tomado de la mano de Manuel, se notaba por todas partes el por qué era de los más famosos hospitales de la ciudad, no quería pensar en cuanto le hubieran cobrado si hubieran pedido una consulta en vez de haberse colado... Ahora que lo pensaba ¿Por qué ese hombre los traía ahí si venían a ver a doctor?
-Disculpen-una voz suave interrumpió sus pensamientos, un sonriente enfermero se había parado frente a ellos - Debes ser el hijo del señor Alejandro ¿no? - Dijo mirando a Martín. Las palabras del chico tomaron por sorpresa a ambos pero definitivamente no iba a desaprovechar el malentendido.
-Sí- dijo confiado Martín- Lamento venir tan derrepente pero tengo que hablar con mi viejo urgente
-Ya veo... - el joven revisó su teléfono- Sin embargo no importa cuan urgente sea, sería bueno que agendaran una cita primero - suspiró - En fin... - volvió a mirar a Martín con una sonrisa tranquila - Que bueno que vengan a visitarlo, Had-su madre no ha venido desde la discusión que tuvieron hace un mes y todos estábamos algo preocupados...Bueno, ya avisé a su enfermera para que lo trajera aquí, siéntanse cómodos, tardará unos minutos- Al terminar volvió la vista a su teléfono y desapareció por una de las puertas en los costados.
Martín y Manuel se miraron ¿Acaso habia dicho su enfermera?, Martín ignoro eso y lleno de confianza se dirigió a una mesa y se sentó, el otro lo siguió.
-¿No crees que esto es... Demasiado fácil?- dijo nervioso Manuel.
-Algo... Quién diría que me confundirian con el hijo de esa señora - Manuel pareció crisparse, el argentino rápidamente tomó las manos del chico, estaban frías y algo temblorosas- pero no te preocupes, ya oíste que no viene hace un mes.
La mirada de cariño que le dirigía Martín y las caricias en sus manos que intentaban calmarlo surtieron su efecto, Manuel suspiró ya menos tenso, sus manos al mismo tiempo parecieron relajarse... ¿Cómo es que con tan poco Martín podía llegar a afectarlo tanto? Por un momento temió ¿Qué pasaría si en vez de bonitas palabras fueran palabras de odio? ¿Le afectaría tan fuerte como lo era ahora? Una punzada en su cabeza alejó esos pensamientos, sí, lo mejor era no perderse en sí mismo y atender a la situación actual.
Pasaron unos minutos donde Martín intentaba llenar el silencio con bromas y comentarios tontos, un día normal hace 7 años el pequeño Manuel se habría reído y corregido sus tonterías mientras él fingía que no entendía o entendía mal haciendo reír más a su amigo. Pero contrario a lo esperado este Manuel lo miraba con ojos abiertos prestando atención a todo lo que le decía y a cada movimiento que hacía sin interrumpirlo ni una sola vez. Verse como el foco de atención del chileno le hacía sentir algo nervioso, los ojos miel siguiéndole le hacían trabarse en algunas palabras y perder un poco el hilo de su historia, al terminar el chileno por fin habló.
-¿En serio?
-No... - Una sonrisa divertida salió de la boca del castaño haciendo sonrojar a Martín.
-¡NO TENGO NINGÚN HIJO! ¿¡QUÉ PARTE NO ENTIENDEN!?- El grito sorprendió a todos los presentes que se voltearon hacia una puerta en la pared que era donde parecía venir. Manuel apretó con fuerza la mano de Martín.

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En Trance [ArgChi]
FanfictionMartín y Manuel tienen una discusión pendiente pero cuando están apunto de resolverla Manuel es hipnotizado. Martín y Alice (la amiga de Manuel) deben buscar la forma de sacarlo del trance antes que se vuelva permante y la discusión no vuelva a toca...